Concejo Deliberante de Vicente López

por Javier E. Varani

A veces la historia juega con las fechas y produce divertidas combinaciones. Y en algunas ocasiones, esas superposiciones, lejos de resultar caprichosas, están unidas por un hilo invisible que refuerza su coherencia. Ésto es lo que ocurre con las conmemoraciones relativas al día 10 de diciembre.

Ha sido suficientemente difundida la festividad del Día de los Derechos Humanos, que se celebra, justamente, todos los 10 de diciembre, en recuerdo del día del año 1948 en que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama en la ciudad de París la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ideal de valores comunes para todas las naciones del mundo en la defensa de la dignidad y los derechos inalienables de toda persona humana. Fue ésta la fecha (y su consecuente significación) elegida por el Dr. Raúl Alfonsín para asumir su cargo de Presidente de la Nación Argentina en el año 1983, cerrando los años dictatoriales y dando lugar a un nuevo ciclo democrático del que celebramos cuatro décadas. En el año 2007, por Ley N° 26.323, en recuerdo de este acontecimiento, se instituyó en nuestro país el día 10 de diciembre como “Día de la Restauración de la Democracia”.

Hasta aquí, dos hechos perfectamente encadenados, uno tributario del otro. Pero ocurre que los vecinos de Vicente López tenemos otra razón para celebrar y conmemorar este día 10 de diciembre. Veamos:

En diciembre de 1974, el H. Concejo Deliberante de Vicente López, en unánime decisión de sus 24 miembros, por Decreto N° 102/74 instituyó el 10 de diciembre de cada año, “DIA DEL HONORABLE CONCEJO DE VICENTE LÓPEZ”. ¿A qué se debe esta decisión? Muy simple: ese día, del año 1906, el Concejo sesionó por primera vez en su historia, constituyendo con ese acto el principio de nuestro vida municipal. En ese entonces, a los concejales se los llamaba “señores municipales”, interesante definición del cargo que define la base democrática de nuestro sistema. Esos primeros representantes fueron seis: Sixto Peralta, Guillermo Manzon, Manuel Uribelarrea, Juán Vignales, Gustavo Zaldarriaga y Juan Miguel Gutiérrez. Éste último, en la sesión siguiente, celebrada ¡el 1° de enero de 1907! fue elegido por sus pares primer intendente municipal, debido a que en aquél entonces, el pueblo soberano sólo elegía representantes municipales y luego ellos designaban al intendente. Hay que prestar atención a esta interesante secuencia jerárquica: la cabeza de un municipio es el Concejo Deliberante, luego vienen las demás instituciones (departamentos ejecutivo y judicial). Con las modificaciones de cada etapa, aún hoy rige ese concepto, y así debe ser en todo sistema democrático: el soberano es el pueblo, y al tope de las autoridades electas se encuentran los representantes (Concejo Deliberante, Legislatura Provincial, Congreso de la Nación); luego vienen las demás autoridades. Por eso el intendente jura ante el Concejo (y no a la inversa); el Concejo pide informes al Intendente y a sus funcionarios, y nunca al revés; el Concejo puede revocar el mandato de un intendente. Es evidente que el sistema republicano nos está diciendo que el órgano más importante es el Concejo Municipal. Por eso los gobiernos de facto, cuando tienen que “descabezar” una ciudad, sólo elimina un órgano: El Concejo. Las dictaduras tienen intendentes y jueces, pero nunca podrían tener concejales.

Es sumamente significativo, por lo tanto, que nuestra ciudad tenga en su efemérides una fecha dedicada a la representación municipal.