El ex ministro de Economía de la alianza volvería al poder, pero esta vez de la mano de la presidenta del Pro, quien ya se instala para competir como precandidata a la presidencia.

A pocos meses de las elecciones, dentro de la principal fuerza opositora al kirchnerismo se vive una interna feroz que tiene como principales competidores a Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal, Mauricio Macri y Gerardo Morales.

Mientras que Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se disputan al frente del PRO potenciando sus campañas, María Eugenia Vidal dio comienzo a su candidatura.

Y de cara a la competencia con Larreta, la presidenta del PRO se acercó al diputado radical Facundo Manes, con quien mantuvo una reunión clave en Mendoza. Allí se sacaron una foto juntos en la Fiesta de la Vendimia. Pero no es el dato más llamativo de la mujer clave de la oposición.

Bullrich no se queda quieta. Mantiene reuniones con reconocidos referentes, entre ellos, el ex ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo. La ex ministra de Seguridad lo consulta periódicamente al ex titular de la cartera económica de los gobiernos de Menem y De la Rúa, convirtiéndolo en uno de sus principales asesores.

En la misma línea, la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal apunta a ser el bastión de la oposición. Inauguró hace días un conjunto de oficinas en compañía del ex Presidente, Mauricio Macri.

Por su parte, el gobernador jujeño, Gerardo Morales prepara su acto de presentación en el Gran Rex el próximo 15 de marzo, mientras se posiciona en Buenos Aires. Para eso, el presidente de la UCR a nivel nacional creó un comité bonaerense para organizar, entre otros puntos, la convocatoria que buscar dar una muestra de fortalecimiento radical.

En tanto, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta brindó una conferencia de prensa tras una actividad de campaña en Tres de Febrero. Larreta reafirmó su candidatura, pero eligió hacerlo desde un discurso conciliador: “La grieta es un invento de la política para generar odio y conseguir más votos. La historia es clarísima: se puede ganar una elección con la grieta, pero no se puede gobernar. Si seguimos con los agravios, los insultos y el odio no vamos ni para atrás ni para adelante. O terminamos con las peleas, o la Argentina va a seguir dando vuelta en la frustración y el fracaso”.