Ph: Gentileza

El municipio de General Rodríguez tiene en su historia política lo que algunos llaman “la maldición del Sillón de 2 de Abril”, la calle donde está el palacio municipal.

Ahí los intendentes no están tan preocupados por las reelecciones indefinidas porque apenas pueden terminar un mandato. Cabe recordar al intendente Coronel, destituido por irregularidades en su gestión, o a Juan Pablo Angheleri, afectado por la ola amarilla.

Ahora el joven Mauro se las ve difícil por una denuncia penal de un diputado de la Coalición Cívica por la posible comisión de delitos que irían desde malversación de fondos públicos hasta asociación ilícita por contratos realizados con la excusa del contexto de la pandemia que habrían sido adjudicados a una empresa vinculada con la esposa del ministro Gollán.