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Una de las máximas más conocidas de Napoleón Bonaparte reza que "nunca hay que interrumpir a tu enemigo cuando está cometiendo un error".

Y mientras se oficializa públicamente la ruptura entre el presidente Javier Milei y su vice Victoria Villarruel en La Libertad Avanza, lo que podría hacer mella en la imagen del oficialismo, en el Partido Justicialista optaron por quitarle el protagonismo negativo con una nueva muestra de que en la principal fuerza de oposición también se cuecen habas, mediante otro reproche de La Cámpora hacia el gobernador Axel Kicillof.

El detonante esta vez residió en que dirigentes peronistas, que se encolumnan tras Kicillof, salieron a ganar el territorio en su nombre. Uno de ellos fue Juan Zabaleta, ex intendente de Hurlingham, municipio que gobierna el camporista Damián Selci. Hace unos días lo propio ocurrió en Quilmes.

En la agrupación liderada por Máximo Kirchner tomaron la cuestión como una afrenta a su liderazgo local y, como ya sucedió en reiteradas ocasiones en los últimos meses, las críticas contra Kicillof trascendieron lo esperable.

Una que salió con los botines de punta fue la ex diputada nacional Florencia Lampreabe, quien no solo criticó el accionar de Zabaleta sino que le endilgó a Kicillof cuestiones de gestión. Lo hizo a través de un tuit que concluye con una ironía: "no creo que el gobernador esté detrás de esto".

Quizás lo más interesante, aunque no sorpresivo de la situación dado el que cada vez apreciable distanciamiento entre el militante de base y la dirigencia peronista, es que muchas de las respuestas que tiene el posteo de Lampreabe corresponden a apoyos hacia Kicillof y pedidos para que dejen de fomentar la interna, cuando el verdadero oponente está en otro lado y en pleno proceso de cometer un error.