Ph: Gentileza

El Concejo Deliberante tomado por el reemplazo de la concejal Florencia Mosqueda es la imagen que dejó la puja entre el Movimiento Evita y La Cámpora en Tigre, aunque de fondo la pelea es mucho más profunda y pone en juego el control del deliberativo como correlato de la interna feroz entre el zamorismo y el massismo.

El intendente terminó de resquebrajar su relación con La Cámpora, que ya al momento del armado de listas había actuado orgánicamente.

Con antecedentes de otros casos similares, el dictamen de la Asesoría General de Gobierno y el propio apoderado del Frente de Todos en contra, igualmente los “Evitas” apoyados por Zamora resisten y aunque sea a la fuerza quieren hacer entrar a Milca Sosa.

El dato es que otro reemplazo, el de Gladys Pollán, quedó en la nada pero se pretendía en paralelo reemplazarla por un hombre, corriendo a quien lo precedía en la lista. Y por la suspensión de las sesiones, tampoco pudo asumir el reemplazante de Matías Casaretto, quien debió renunciar a raíz de la denuncia penal por violencia de género que le realizó su ex pareja.

Y si bien el más claro ganador hasta el momento es Segundo Cernadas, que consiguió un protagónico impensado, el misterio sigue siendo quien fue el que abrió el portón que posibilitó a los integrantes del Evita ganar las instalaciones del HCD, aunque al parecer ya tendrían a un responsable entre ceja y ceja.