Los investigadores de la desaparición del mecánico Ariel Alí, ocurrida el 9 de noviembre en la localidad de General Rodríguez, creen que el único detenido por el caso lo mató y se deshizo del cuerpo porque quería quedarse con todos los vehículos que tenía, entre ellos varias motos.

Fuentes judiciales dijeron a Tílam que esta es la principal conclusión a la que arribó el fiscal de Moreno Federico Luppi, a cargo del expediente en el que Damián Alvarez (28) está acusado de “homicido calificado criminis causae” y en el que hoy se negó a declarar.

El mecánico Alí desapareció el 9 de este mes y, gracias a la investigación de sus propios familiares y amigos, se supo que la última persona que estuvo con íl fue Álvarez.

El sospechoso había conocido al mecánico a travís de su propio hermano, Federico, quien participa activamente de las marchas que se llevan adelante para impulsar la búsqueda de Alí a pesar de ser familiar del detenido.

Álvarez quedó apresado por sus contradicciones y porque se determinó que había entrado a la casa de Alí, situada en el cruce de las rutas 24 y 5, del denominado barrio "Las Latas", de General Rodríguez, para desvalijarla, llevarse documentación y vender sus cosas.

La investigación de Luppi estableció que Alvarez se hizo amigo de Alí hace alrededor de tres meses, que ambos compartían el gusto por las motos y por las drogas y que se visitaban en sus respectivos domicilios.

Ariel vivía en el “Cruce de las Latas”, en ruta 24 y ruta 5 de General Rodríguez, mientras que Damián lo hacía en una quinta ubicada en Providencia 1014, en la localidad de Francisco Álvarez, partido de Moreno.

Según la pesquisa, en determinado momento surgió un conflicto entre ambos que llevó a Alí a comentar a sus amigos que Alvarez estaba “re zarpado” y que “si no lo mataba, lo mataría”, señalaron a Tílam fuentes judiciales .

Por su parte, Alvarez les dijo a sus allegados que Ariel “le debía plata, que lo mataría y que le sacaría todos los vehículos que tenía”, según declararon varios testigos en la causa.

En ese marco, para la fiscalía está probado que el 9 de noviembre, entre las 9.30 y las 13, Alvarez se reunió con Alí en la quinta, donde el primero “ejerció violencia de un modo que no se pudo establecer, que lo llevó a la muerte (a Ariel) y luego hizo desaparecer el cuerpo con el objeto de lograr su impunidad”.

Poco despuís, Alvarez tomó las llaves de la casa de Alí y una de sus motos, una Suzuki 100 cc, y se presentó en la casa de un conocido, al que le pidió que lo llevara hasta la vivienda de su “amigo”, el mecánico.

Una vez allí, puso como excusa que debió juntar plata para Alí porque este estaba siendo “apretado” por unos hombres que le reclamaban una deuda y tomó de la casa un televisor, una aspiradora de autos, una amoladora y un percutor neumático, entre otras herramientas, las que cargó en el auto y vendió a 2500 pesos en un local de Moreno.

Luego, volvió a la casa de Alí y sacó una moto Honda, la cual trasladó a la casa de una amiga, mientras que al día siguiente, vendió la moto Suzuki a 5000 pesos a un mecánico de la zona luego de sacar los papeles de la casa de la víctima.

En el marco de la pesquisa, los investigadores aguardan que se fije una fecha para realizar en el laboratorio químico de la Policía de la Ciudad el cotejo del ADN de Alí con la sangre hallada en la casa de Álvarez, luego de que un peritaje confirmó que las manchas que reaccionaron con luminol en esa vivienda son de sangre humana.

Las fuentes detallaron que las manchas de sangre, que estaban lavadas, fueron halladas en el piso de una habitación y en el lavatorio de un baño de la vivienda de Álvarez.

Fuente: infoban.com.ar