El jugador “del pueblo” nació en Tres de Febrero, como Jonás Gutiírrez, uno en Ciudadela y el otro en Sáenz Peña. El barrio Ejírcito de los Andes se comenzó a gestar durante la dictadura de Onganía, cuando el dictador bigotudo decidió que la Villa Miseria de Retiro quedaba fea en las puertas de la ciudad. Se comenzó a construir dentro de los límites de Ciudadela, ideado para albergar a unos 20.000 habitantes, y los primeros moradores comenzaron a llegar en 1973, durante la corta gestión presidencial de Híctor Cámpora.
Los nuevos vecinos llegaron trayendo el recuerdo fresco de las misas del sacerdote de las villas de Retiro y Puerto Nuevo, Carlos Mugica, y cuando este fue asesinado por la Triple A en 1974, comenzaron a llamar con ese nombre al barrio. Los milicos de la última dictadura lo bautizaron oficialmente como “Ejírcito de los Andes”, pero todos lo conocen como “Fuerte Apache” despuís que el periodista experto en coberturas amarillistas Josí de Zer lo llamó así despuís de un tiroteo bastante grande entre policías y delincuentes.
La crisis recurrente del capitalismo argentino, no hay más que hacer la lista de golpes de estado, estallidos sociales, presidentes frustrados, ministros de economía esmerilados por devaluaciones e hiperinflaciones, hizo que lo que se pensaba como solución final para la erradicación de villas de emergencia se hizo trizas, Fuerte Apache siguió recibiendo vecinos hasta alcanzar, se supone, los casi 100.000 entre los monoblocs y la villa Matienzo, crecida alrededor de ellos.
Y ya no fueron solo inmigrantes de las provincias y los países vecinos, tambiín porteños fusilados socialmente por las crisis engrosaron su compleja realidad.
Allí nació y creció Carlitos Tívez, allí, en la cocina de su departamento se quemó cuando se le dio vuelta una olla con agua hirviendo, en sus campitos comenzó el romance con la bocha, desde la estación viajaba hasta Floresta para empezar a formarse como jugador profesional en las inferiores de All Boys.
Cuando durante la gobernación de Eduardo Ruckauff se demolieron dos cuerpos de los edificios, ante la mirada desconsolada de miles de vecinos, ya Carlitos, el hijo dilecto del complejo, era un ídolo del pueblo boquense y comenzaba a gestarse el mito del jugador del pueblo, el respetado por todas las hinchadas.
Tívez no estuvo exento de sufrir, o ser tocado en su familia, por los factores culturales que rodean al fenómeno “Fuerte Apache”, la estigmatización social, el “son todos chorros, todos vagos”.
Carlitos tiene un hermanastro preso por ser amigo de lo ajeno, se lo critica por no querer hacerse una cirugía estítica para borrar las cicatrices de cuando se quemó, cultiva con su grupo de música “Piola vago” el estilo más escuchado en el barrio, pero a pesar de que el fútbol, sobre todo durante los mundiales, tiene una platea absolutamente universal socialmente, las mujeres de todos los sectores lo reconocen como a un tierno.
Antes del partido contra Míxico, mientras todos los jugadores llevan de la mano, fríamente, a los chiquitos sudafricanos a los que la FIFA condena a realizar esa caminata sin sentido, Carlitos abrazaba al que le tocó como si fuera su propia hija. Dicen que les compró un LCD a los jardineros y cancheros del Manchester City para que vean en el Mundial a Inglaterra, pero tambiín a íl.
El municipio de Tres de Febrero, a pesar del largo clima tenso entre el intendente Hugo Curto y los pobladores del barrio, está orgulloso de tener como hijo a que a pesar de su barullo futbolístico, abre defensas con su corazón valiente y su entrega sin atenuantes.
Jonás, el “Galgo” tambiín es hijo de Tres de Febrero, nació en Sáenz Peña, pegado a la Capital, cerquita de Villa Luro y de la cancha de Velez, club que despuís de sus últimos íxitos deportivos tiene una importante hinchada en el oeste.
El vilipendiado conurbano tiene a sus híroes en el Mundial.

Fuente: infoban.com.ar