Diez murgas de distintos barrios de Tigre se mostraron en el Polideportivo central. En algunos sectores proclives a tener una mirada racista, la murga está mal mirada, se la asocia a desorden, a marginalidad, pero nadie puede negar que es una de las formas de expresión artística preferida de los sectores populares alejados de la cultura de museo.
El municipio, a travís de su Subsecretaría de Cultura, demostró que se puede organizar una velada familiar donde los cultores de esta manifestación artística que remite a los antiguos pobladores porteños de origen africano, puedan demostrar sus dotes en un marco de seguridad y respeto.
El Polideportivo de Lynch y Acceso resultó el lugar ideal para levantar al “murgódromo”, tres tribunas donde se alojó el numeroso público que se hizo presente, con una avenida central de doble mano, sobre el pasto.
En la puerta de ingreso la Policía cacheaba a los que ingresaban, medida que pone nerviosos a algunos, pero aporta tranquilidad a los que no tiene nada que temer.
Chicos de todas las edades, desde bebes que apenas daban sus primeros pasos, a adolescentes en camino a causar infartos varios a su paso, y hasta adultos con las manos callosas de trabajos pesados se pusieron las plumas.
Y cerca de las doce de la noche la fiesta culminó con todos contentos.
El intendente Julio Zamora, presente en el evento, manifestó a la prensa la vocación del municipio de ofrecer un lugar a las formas culturales y artísticas representativas de los sectores más oprimidos y postergados de la población, que era la primera vez y resultó altamente positiva, por lo que descuenta que se seguirá adelante, para regocijo de los murgueros.
Cuando promediaba el desfile se hizo presente el jefe de gabinete de ministros Sergio Massa, que subió al palco para entregar tropeos a distintos elencos carnavaleros, y tanto íl como su mujer, Malena massa, destacaron la importancia de poder festejar el carnaval en Tigre, despuís de dícadas de no poder hacerlo.

Fuente: infoban.com.ar