Villa Maipú, barrio de guapos, tuvo una fiesta popular con la visita de la presidenta. Cuando se inaugure el nuevo estadio de Chacarita Juniors, no hará falta que sus hinchas (Los visitantes no pueden ir a la cancha en la “B”) den una larga vuelta entrando al barrio por Constituyentes o por Ayacucho, por Ituzaingó llegarán mucho más rápido y cómodo.
La nueva calle entra justo por entre la vieja, recordada y malograda planta de Fabricaciones Militares, despuís la Morrison, y ahora EMFER (Emprendimientos Ferroviarios), la empresa comandada por Claudio Cirigliano, dueño de TBA, donde reparan material ferroviario, y la histórica cancha de golf del Club Mitre, donde hizo sus primeras armas el gran Roberto De Vicenzo, antes de mudarse a Ranelagh; incluso de uno de sus hermanos, tambiín golfer, ya fallecido, sus cenizas descansan cerca del hoyo siete.
Hace muchos años, cuando cualquier persona recorría esas calles que están cerca de la cancha de Chaca, oía de fondo el ruido de los telares que funcionaban las 24 horas en galpones construidos con esfuerzo detrás de las viviendas obreras. Obreros de Grafa, de Sudamtex, que se independizaban y empezaban a hilar y a tejer para el mercado interno que crecía incesantemente.
Despuís vino Martínez de Hoz de la mano de los fusiles, más tarde Cavallo, utilizando la zanahoria del ingreso al primer mundo. Los telares terminaron malvendidos como fierro viejo y los galpones como depósito de mercadería importada desde el otro lado del mundo.
Ya muy pocos recorrían las calles de Villa Maipú, Villa Dihel, Concepción, Zagala, salvo los días de partido.
Pero otro modelo económico se impuso en la Argentina despuís de las sangrientas jornadas del 19 y 20 de diciembre, despuís de las muertes injustas y brutales de Darío y Maxi, y hoy de nuevo San Martín está lleno de camiones que llevan y traen lo que se produce acá.
Era indispensable una nueva entrada al distrito, y Kirchner lo hizo, aunque no resulte feliz la frase.
Hoy en la inauguración Ivoskus se jactó del crecimiento que tiene el territorio donde gobierna; la presidenta habló un poco de política, reforzó en barrios donde no existen caceroleros de teflón que hay dos modelos en pugna, mientras la incorregible hinchada de Chaca pugnaba por ponerse delante de todo para cantarle a la “presi” –Perón, Evita, San Martín y Chacarita-, provocando pavor en un grupo de veteranas de un centro de jubilados que se había venido tempranito para estar delante de todo y cerca del palco.
Aún con las particularidades de los barrios populares que los “Gauchetos” no entienden, fue una verdadera fiesta popular donde el barrio entero se volcó a agradecer que la obra se terminó, y ya la puede usar cualquier hijo de vecino.

Fuente: infoban.com.ar