Una ex fábrica de anilinas fue el escenario de una tragedia inesperada en Pilar.
Sin los controles ni las precauciones mínimas necesarias, la práctica del painball se convirtió en una trampa mortal para Paulo Santroni. El joven de 35 años estaba “fanatizado” por el juego según contó uno de sus amigos a InfoBAN, al punto que tenía cientos de fotografías de diferentes juegos.

En Argentina cada día hay más lugares donde practicar esta “guerra virtual” para la cual es necesario alquilar trajes especiales, máscaras y las armas que disparan municiones de pintura soluble al agua. Algunos predios ofrecen todas las medidas de seguridad y están especialmente acondicionados para la práctica. Pero hay quienes buscan más adrenalina y recurren a “escenarios naturales”, como la ex fábrica de anilinas de Pilar, abandonada hace dícadas y destruida.

La fábrica abandonada es el centro de reclamos de los vecinos de la zona por ser un foco de contaminación, por el estado de abandono en el que se encuentra y por el descontrol en la práctica de Paintball, ya que en la mayoría de las ocasiones y para burlar los controles se realizaban juegos por la noche o en días feriados, como el miírcoles pasado cuando falleció Paulo Santroni tras caer desde varios metros de altura.

El lugar fue una de las principales fábricas de anilinas del país, emplazada en una superficie de 30 hectáreas en Argerich 2700, a 1500 metros de la ruta provincial 25, y limita con una ex fábrica militar.

Hace años el predio se encontraba a la venta, y en varias oportunidades fue blanco de pedidos de informes en el municipio y tambiín inspecciones ambientales en las cuales se concluyó que el lugar “continúa con un importante pasivo ambiental” y se solicitaban análisis, y dar “alcance tambiín a la justicia para que determine titularidad del predio e intime a la remediación de los importantes pasivos.”

El lugar según las autoridades de Pilar estaba clausurado, pero evidentemente la misma fue violada en reiteradas oportunidades. La adrenalina de la práctica del Paintball en un sitio que ofrece condiciones que lo asemejan a un escenario bílico real, con numerosos lugares y escondites, túneles, tambores y pastizales, como se puede ver en el video extraído de la web, pudo más que el conocer los peligros que escondía.

No se trata de “demonizar” su práctica, sino de un llamado a la responsabilidad de quienes ofrecen estos servicios, y tambiín de quienes deben realizar un control efectivo desde el Estado.

Fuente: infoban.com.ar