El vicepresidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Alberto Kahale, aseguró hoy que en la entidad están "muy preocupados y ocupados" por la situación de las pymes en el país, advirtió sobre la caída del consumo y también puso el foco en el impacto del costo de los alquileres, al referirse a la caída del 30% interanual registrada en el índice de producción industrial pyme (IPIP) dado a conocer ayer.

En ese marco, el también titular de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) consideró que "van a venir tiempos peores" porque -indicó- "en marzo se va a agravar la situación porque los locales que tengan que renovar contratos de locación van a tener que cerrar, y sumado a los aumentos de tarifas, no hay comercios que lo aguanten".

Además, al explicar la caída registrada en el denominado índice de producción industrial pyme Kahale puso el foco en el consumo: "No se produce porque no hay nadie que lo compre", aseveró en diálogo con El Destape Radio.

"Estamos muy preocupados y ocupados", sostuvo Kahale, quien señaló que "en pandemia las pymes no despidieron pero ahora las persianas no van a levantar más".

En su último informe, la CAME relevó información proveniente de una muestra que alcanzó a 413 industrias pyme a nivel federal y concluyó que la producción de la industria pyme registró en enero una caída en promedio de 30% interanual, a precios constantes, y un descenso de 9,1% en la comparación mensual, según se informó ayer.

CAME también destacó que “Es el segundo mes consecutivo que la actividad fabril se retrae confirmando una tendencia preocupante. En la comparación mensual desestacionalizada, también se registró un descenso del 9,1%”.

Asimismo se indicó que las industrias pyme se preparan para un panorama complejo en los próximos meses. La rentabilidad industrial está siendo amenazada por diversos factores: La baja en el consumo, producto del debilitado poder adquisitivo, sumado a la persistente inflación y el inminente aumento de tarifas de servicios públicos como la electricidad, generan un clima de zozobra y riesgo para la actividad industrial.