196 a 9 y 11 abstenciones fue el resultado de la votación que parecería despejar el camino hacia el postergado juzgamiento del represor.
Pocas veces se estuvo tan cerca de la unanimidad en una Cámara que justamente contiene a las distintas vertientes del pensamiento político, una abrumadora mayoría consideró que debía, de una vez por todas, abrirse el camino para que el ex policía, ex intendente, diputado electo y hombre mimado por los periodistas exegetas de las dictaduras, se definitivamente juzgado con todas las garantías legales.
Hay que decir que Patti siempre recurrió a chicanas, artilugios legales, protecciones políticas, presiones y aprietes, pero nunca se atrevió a enfrentar a los jueces y a sus querellantes cara a cara en un tribunal. Nunca insistió en afirmar su inocencia cara a cara ante los magistrados.
Los fueros parlamentarios, para que el lector lo entienda, fueron creados para que el poder de turno no pueda encarcelar sin motivos a quienes hayan sido elegidos como legisladores por las minorías populares. Actualmente, con las trasmisiones en vivo y la omnipresencia de la prensa, no ocurre, pero no hay que olvidar que a Lisandro de la Torre lo quisieron matar dentro del recinto cuando denunció a las mafias rurales aliadas a capitales extranjeros (Quí tema vigente ¿No?) y que a Alfredo Palacios, Juan Carlos Coral, Luis Zamora, diputados socialistas de distintas ípocas, los poderosos soñaban con verlos fuera de la Legislatura y no hubieran dudado en invertarles causas para encarcelarlos.
Esto quedó claramente expuesto en la intervención de la presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, la muy aplaudida Graciela Caamaño, que destacó que a Patti no se lo cuestiona por sus ideas sino por sus acciones. Muchos de los dichos de Patti pueden ser vistos como antecedentes de una moral dudosa, cuando justifica la tortura o la acción ilegal de las fuerzas policiales, pero el polímico y mediático procesado fue demolido por un discurso donde apareció como lo que fue, un participante del circuito ilegal de la represión.
Puede ser que Patti se haya convencido con el tiempo de las bondades de la democracia, no le fue mal en ella, supo aprovechar los nuevos vientos, fue interventor en el Mercado Central, dos veces intendente, llegó a salir segundo en una elección provincial, fue beneficiado por las “democráticas” leyes de obediencia debida y punto final, y todavía hoy consigue escapar del juicio por haberse disfrazado de demócrata, con la ayuda de muchos de los que ahora le votaron en contra. Aunque ahora miente cuando dice que siempre ganó por el 73% de los votos, una sola vez, de la mano del PJ, despuís en cada elección saca menos, en la última la mitad que en aquel año 95.
Pero ni aún esta contundencia en la votación de los legisladores, más extrema aún que cuando le impidieron la jura, garantiza que pueda actuar la justicia libremente, mientras que uno de los abogados del reo, el prestigioso constitucionalista Gregorio Badeni señala que esta votación abre las puertas a un conflicto de poderes, antes que la internaran por un infarto Carmen Argibay manifestó que la posición de la Corte Suprema llega hasta ahí, hasta decirle a los diputados que le quiten los fueros formalmente; ya se los quitaron, ahora el juez Suares Araujo debe llamarlo haciíndole así con el dedito, a pesar de haber sido recusado por el acusado, llevarlo de una vez por todas a juicio donde tenga todas las garantías legales y, si se lo encuentra culpable, que pague lo que tantas veces logró eludir gambeteando a la justicia.

Fuente: infoban.com.ar