Durante años, escuchamos a Julio Zamora celebrar los cientos de miles de metros cuadrados aprobados en nuevos desarrollos en nuestra ciudad. Sólo en los últimos cuatro años, en las aperturas de sesiones del Concejo Deliberante, el Intendente anunció orgullosamente haber aprobado más de 500.000 metros cuadrados por año en nuevos desarrollos en Tigre.

Sin embargo, después de 15 años de gestión, ahora se lo ve a Zamora preocupado por sus decisiones y errores. En medio de la campaña electoral, Zamora decretó la suspensión por 90 días las construcciones en altura bajo el argumento de que “el tema no debía ser parte del debate electoral”, pero justamente para eso son las elecciones: para discutir cómo queremos que crezca nuestra ciudad, cómo vamos a resolver el colapso del tránsito y cómo vamos a garantizar que los servicios públicos acompañen el desarrollo. Ahora, anuncian un “plan urbano participativo” del cual nadie sabe nada: no hay plazos ni claridad sobre quiénes iban a participar o sobre qué deben opinar los vecinos. Pero, adivine qué Intendente: el mejor proceso participativo que tiene la gente son las elecciones y la genté ya se expresó en contra de las torres.

Lo que necesitamos ahora son obras, reglas claras y que los recursos de una de las ciudades más importantes del país se pongan a disposición de mejorarle la calidad de vida de los vecinos.

Bienvenido a que se quiera ocupar del tema en agenda, pero pretender iniciar ahora un proceso participativo cuando Tigre ya está al borde del colapso no alcanza. No se trata de abrir debates eternos: lo que se necesita son soluciones concretas y urgentes.

¿Cuánto va a tardar “ese proceso”? ¿Quiénes van a estar convocados? ¿Qué va a suceder con el tránsito, los servicios púbicos, la movilidad y el ambiente?

Mientras tanto… ¿qué hicieron estos últimos años? ¿Cómo puede ser que recién ahora, después de aprobar cientos de desarrollos, se diga que “llegamos a un límite”? ¿No podían prever lo que estaba pasando?

Zamora va a cumplir 15 años como intendente y es el mayor responsable de lo que vive nuestra ciudad. Y lo mismo vale para Cernadas, el supuesto líder de la oposición, que parece más socio que contraparte.

Hace años que advertimos lo que está pasando y el 10 de diciembre voy a asumir en el Concejo con un mandato claro de los vecinos de Tigre: ponerle un límite a esta locura de aprobaciones indiscriminadas y trabajar para que Tigre recupere el orden, la planificación y el futuro que nos merecemos.

La gente necesita soluciones y no tiene más tiempo para esperar. No se puede perder más tiempo en un momento donde nuestros vecinos pasan por un momento muy difícil.

(*) El autor es economista y concejal electo de Tigre por Fuerza Patria