El progresismo, con o sin peronismo, es el gran derrotado del conflictivo semestre.
Los dos editoriales que más se leen entre la clase media urbana progre, el de Verbitsky-Wainfeld en Página 12, y el de Lanata en Crítica, ofrecen hoy domingo visiones parciales, los editorialistas ven a la situación, se podría decir que a la realidad, como una foto fija y con un solo ojo, los dos expresan las dos alas del progresismo institucional, aunque hay que ahondar en el análisis para ver si en verdad son dos progresistas puros, o tienen algún rasgo que se contradice con otros.
Progresista es hoy la persona que respeta la democracia, y dentro de ella permite gobernar a quien ganó la elección, no pretende destituciones, que alienta una mejor distribución de la riqueza que genera el país de manera silvestre, y que hizo que saliíramos rápido de un crisis casi mortal, como la saliva de perro cicatriza pronto las heridas… de los perros. Progre es el que trata de no contaminar más al planeta, tomando participación social en las campañas y movilizaciones, pero tambiín individualmente, no tirando los puchos por la ventanilla del coche, ni mandando a cagar a su perro a la vereda del vecino. Progre es defender los derechos humanos, desde siempre y para siempre, no los derechos de los compañeros y amigos. Progre es el que critica como objeto constructivo, no el que acata las decisiones de la superioridad para no perder su lugar bajo el sol.
Progre no es el que encuentra un nicho comercial en la crítica sin fundamentos y propuestas.
Con esta clasificación simplota, ya vemos que son muy pocos los políticos que pertenecen a este sector, hilando un poco más fino, se podría asegurar que los argentinos que llegan a calificar como progres son menos del 25% de la población.
Por lo tanto es en vano esperar que un gobierno lo sea sin contradicciones, el gobierno K fue progresista en relación a los anteriores, es innegable, salvo para De Angeli, que cree que Duhalde fue un estadista y Menem no tan malo, o para Lilita Carrió, que nunca ve nada bueno en nadie que no sea ella misma o su amigo dios, que Kirchner fue mejor que los anteriores, pero su carácter fue mucho más contradictorio que progresista, no tocó ninguno de los grandes paradigmas neoliberales, los monopolios granarios, petroleros, industriales, bancarios, de las comunicaciones, son los mismos que en los 90, siguen ganando normalmente, y convivieron con Kirchner alegremente durante años.
Los grandes pulpos políticos tampoco fueron afectados por la acción política de Kirchner, miren las caras que se ven en el Senado, en la Cámara de Diputados, en la foto de los intendentes del Conurbano.
Esta es la primera vez que el gobierno intenta distraerle unas monedas al bolsillo del gran capital, pero el punga no era muy avezado y fue descubierto, y le cayó por el lomo todo el peso de la ley del más fuerte, que en general coincide con el Código Penal.
Kirchner dejó de lado su apoyatura inicial en un conglomerado más amplio que el solo Peronismo, reforzó su alianza con el Peronismo ortodoxo, y este jamás lo acompañará si es que quiere avanzar contra el gran capital, más que seguro que lo terminarán volteando sus propios invitados al asado en la Quinta de Olivos. Cuando se vio en apuros, pocos de sus compañeros lo respaldaron, casi todos por conveniencia coyuntural, y en la próxima será peor.
Buzzi viene de la CTA, del Frente Nacional contra la Pobreza, del viejo PC, cree realmente que la puja interburguesa que protagonizó es similar al Grito de Alcorta, pero sus representados de la Federación Agraria quedaron peor que despuís del 11 de Marzo, y cuando pidió a su curiosos aliados temporales, Llambías y Miguens, que continuaran la lucha porque los grandes perdedores fueron los pequeños aunque igualmente millonarios productores y que había que continuar la gesta reivindicadota, le hicieron pito catalán con estas palabras : “Ahora es momento de volver al campo y empezar a producir”. Brillante clase de táctica y estrategia volvió a dar el sector más concentrado de la economía y la ideología: Como manejar el poder sin estar en el poder.
Buzzi se jugó con la vieja idea del Partido Comunista que se puede crear una fuerza progresista sin contar con el Peronismo, terminó recreando una nueva Unión Democrática, y si tienen dudas, miren con quien compartió el champán de la victoria.
Kirchner creyó que con su sola presencia en la presidencia el PJ se tornaría tan progre como el PSUV de Chávez, cuando cualquier cronista que recorre unidades básicas sabe que se oyen más críticas a la presidenta allí que en la peluquerías de Barrio Norte y Recoleta.
El progresismo sin Perón, o con los Perones que son Menem, Duhalde, Schiaretti, Busti, de la Sota, Romero, Rodríguez Saá y Barrionuevo, el que intentó que la sabia Sociedad Rural jugara un rol en defensa del pequeño productor, es uno de los grandes perdedores, y habrá que ver de quí se disfraza Buzzi para explicarle a sus afiliados que quedaron como antes de los cortes y el desabastecimiento.
El progresismo de Kirchner, con Saadi y el arqueoperonismo feudal, el otro gran perdedor.
Como al revís de lo que plantean en sus notas Página y Crítica, la política es dinámica y contradictoria, no solo hay que explicar el hecho de marras en sí, tambiín quí lo originó y como puede evolucionar. Cristina puede terminar haciendo un mejor o peor gobierno que su esposo, pero el sueño positivista de un progreso indefinido, dirigido por alguien cuyo apellido empiece con K, está herido de muerte, tendrán que obrar milagros para no perder las legislativas del año que viene, y eso que a pesar de caerse los K en las encuestas no hay nadie que crezca, y no existen posibilidades que el palco de Palermo se una en un programa y un mítodo de acción.
Como el PT de Río Grande do Sul, que despuís de años en el poder incorporando sectores marginales de población a las mieles del consumo, perdieron porque estas mismas masas, ahora “clasemediadas” le votaron en contra.
Será harto difícil que Kirchner recomponga sus relaciones con los sectores medios, en primer lugar, porque el propio gobierno cortó los puentes eligiendo como sus portavoces a los D´Elía y los Pírsico, si alguien logra capitalizar políticamente a dicho enorme sector social, será el ganador de un conflicto que empezó en los cortes de ruta de los ricos pueblos del interior cercano, y terminará en octubre del 2009, en las urnas.

Fuente: infoban.com.ar