La muestra de pinturas, dibujos e instalaciones se podrá visitar de manera gratuita en el Colegio de Abogados de San Isidro.
Desde el 23 de septiembre y hasta el 4 de octubre se podrá visitar en el Colegio de Abogados de San Isidro (Martín y Omar 339) la exposición “Perdiendo el juicio”, que consta de dibujos, instalaciones y pinturas, de Anibal Tuso, Victoria Taylor y Ricardo Vivanco.
La inauguración se llevará a cabo el viernes 27 de septiembre a las 19:30, mientras que la exposición podrá ser visitada los días hábiles de 14:00 a 18:00, excepto los martes.

Perdiendo el juicio

En una mesa cualquiera, un psiquiatra y dos abogados emprenden, -desde las artes visuales- la tarea de materializar la existencia humana y sus circunstancias. Estos tres híbridos, se miran, se estudian, se analizan y se rotulan. Algo que desde ya detestan porque uno no puede elegir ser o no serlo: se es. Paradojalmente no registran testigos, ni confesiones.

Sin embargo, desde otra de las mesas, los observo, escucho y los capto en su mundo. Cerca. Ellos, agudizan en el discurso e indagan en la complejidad del otro. Decido registrar ese cónclave.

En el debate uno propone: “Perdiendo el juicio!”. ¿El juicio crítico? ¿el juicio legal?, se pregunta el otro. El tercero afirma y define: el juicio que parte de la cabeza y se concreta en las conductas humanas. La cabeza humana, no es solo, “… la parte superior del cuerpo del ser humano, que se encuentra unida al tronco por medio del cuello….”. Para los artistas, la cabeza humana, es la figuración representativa de las miradas, las emociones, lo concreto y lo abstracto, es la sede de la imaginación, tal vez el refugio del alma, en definitiva, en la cabeza se guarda el rostro perceptible, la belleza y la fealdad, el grotesco, el absurdo, el histrionismo y el conflicto, porque no es solo la fachada sino la puerta de entrada al interior mismo del ser, desde donde parten las expresiones más profundas de introspección humana.
Pero… ¿cómo perderse en esa complejidad involuntaria de cada uno de ellos?
¿Cómo no meterme en ese enigma?, ese sinfín de confesiones, miserias y utopías que desbordan de las cabezas de Vivanco, con las que habita un psiquiatra, sin pensar que su obra da bálsamo a sus inquietudes y temores más profundos.

¿Cómo no hacerme tinta suelta, sedienta y audaz que roza papeles ásperos, sabiendo que por las mañanas, los pinceles y trazos de Tuso son lanzas, escudos y armaduras de los asuntos que tramita?

Cómo devenir indiferente frente al doble universo de Taylor, el que mientras se rige por las reglas de la lógica donde analiza con minuciosidad y detalle conflictos ajenos a dirimir, al mismo tiempo es espacio fírtil donde se yerguen formas que nacen, fluyen y confrontan, dando vida geomítrica a esos conflictos.
¿Serán pues alternativas a nutrir eso que quema? O quizás sea la forma más quimírica de mirarnos como sociedad, porque no sabemos si alguien realmente gana… pero sí que alguien seguramente, en ese devenir, está perdiendo el juicio.

En ese refugio están, tres híbridos, sí, pero finalmente tres artistas que piden la absolución.

El de la mesa de al lado

Fuente: infoban.com.ar