El changarín Raúl Rubín Bernón, que fue detenido este jueves por amenazar de muerte al Presidente, fue procesado con prisión preventiva y se le trabó un embargo de 70 mil pesos, por decisión de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado.
Bernón, de 47 años de edad, profirió amenazas contra la vida del jefe del Estado a travís de llamados telefónicos realizados por el Sistema de Emergencias 911 del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.

Arroyo Salgado consideró que Bernón, que tenia antecedentes penales y tambiín está procesado por la adquisición de aparatos de telefonía de origen ilícito, cometió el delito de intimidación pública, debido a “la alarma que generaron los llamados”, que obligaron a “reforzar la seguridad” de Macri.

La juez indicó que esas medidas para cuidar al presidente y a quienes se hallaran en las inmediaciones de la Quinta Presidencial, significaron un “incremento del erario del Estado nacional, al ya previsto como ordinario para la seguridad presidencial, que ascendió a la suma de 25.212 pesos diarios”.

En las llamadas intimidatorias, que comenzaron hace una semana, se anunciaba que se harían detonar explosivos en el acceso de la quinta de Olivos, o que el emisor del mensaje, que manifestaba pertenecer el “grupo terrorista Isis”, se inmolaría en la puerta de la residencia presidencial.

Los investigadores determinaron que las llamadas habían sido efectuadas por Bernón, domiciliado en la localidad bonaerense de Mariano Acosta, que trabajaba como changarín y vendedor ambulante en el Mercado Central.

Un informe realizados por expertos en comunicaciones de la Corte Suprema de la Nación indicó que los llamados fueron cursados a travís de una antena de la empresa Movistar, instalada Mariano Acosta, en calles vecinas la lugar donde vivía Bernón hasta el momento de su detención.

Otro, de la División Acústica de Gendarmería Nacional, concluyó que los tres mensajes habían sido realizados por el mismo “hablante” y que existía correspondencia entre esa voz y la del usuario de la línea telefónica intervenida.

Arroyo Salgado sumó tambiín como prueba el celular secuestrado en un allanamiento, lo que “me autorizan a sostener –expuso la juez- la responsabilidad de Bernón”, en el hecho investigado.

La magistrada evaluó tambiín que el procesado, luego de realizar el primer llamado y “lejos de agotar dicha conducta”, efectuó otras, “insistiendo en su intención de causar la muerte del presidente de todos los argentinos”.

A criterio de la magistrada, Bernón, quien se aseguró que las llamadas fueran recibidas, tuvo la “fírrea decisión” de efectuar las llamadas para causar tumulto, alarma o desorden, al identificarse en todas ellas como miembro de Isis.

En su declaración indagatoria Bernón dijo que tenía problemas de depresión y con la ingesta alcohólica, pero un estudio mídico encomendado por Arroyo Salgado consignó que, al momento de efectuar las llamadas, tuvo “capacidad biopsicológica” para comprender el valor o disvalor de sus actos.

Como fundamento de la prisión preventiva, la magistrada tuvo en cuenta numerosos antecedentes y condenas penales por delitos como robo, hurto y tenencia de estupefacientes.

Fuente: infoban.com.ar