Son nuevas alternativas para el inminente destino de más de 14.000 toneladas diarias de basura de los centros urbanos, y un negocio millonario en el que alguien se beneficia y muchos pierden.Es que ya sea por falta de imaginación, falta de iniciativa o simplemente por la conveniencia económica de varios sectores, los basurales denominados -paradójicamente- "Rellenos Sanitarios" están en la agenda de los responsables del gobierno, y prometen proliferar.
El negocio de la basura, es exactamente eso: una gran negocio. El cartón, vidrio, metales, pets, plásticos, papel en general y hasta la misma basura orgánica tienen un valor indiscutible. El carton, el papel y los plásticos se reciclan, se reutilizan como materia prima para nuevos envases, envoltorios o publicaciones. Los metales se funden y se vuelven a convertir en artículos útiles para la industria, al igual que los vidrios. La basura orgánica puede generar millones de kilos de fertilizantes para la tierra, ya sea de uso domiciliario o comercial.
Todo esto tiene valor, tiene precio de mercado, y tiene un costo.
El valor, es primordialmente ambiental, la diferencia entre hacer o no hacer frente a la responsabilidad de respetar el protocolo de Kyoto, tiene claras consecuencias sobre la salud y el ambiente, y los funcionarios responsables lo saben.
Pero, resulta que no todos están dispuestos a pagar el precio de confrontar contra un negocio millonario, y los que lo hacen, deben afrontar el costo que ello conlleva.
Recolectar basura y depositarla en pozos, basureros, rellenos sanitarios o parques temáticos (sea cual fuere el eufemismo elegido) es una operación simple: Los ciudadanos sacan la basura, los camiones pasan por la calle, las suben a un camión, el camión se completa, se dirige al basural y descarga. El intendente respectivo paga por cada tonelada un canon al relleno sanitario (Ceamse), o bien paga a la empresa concesionaria del servicio de recolección el servicio.
Los rumores de corrupción en los contratos de recolección de residuos son una constante, y varios son los intendentes y sindicalistas vinculados a empresas privadas que ofrecen este servicio, a un precio generalmente sorpendente.
Concejales son muy permeables a aprobar incrementos por mayores costos, licitaciones que de un período a otro, con el mismo proveedor elevan sus precios en un 40%, flotas de camiones diezmadas y personal mal pago, son parte del paisaje de un negocio sucio.
En el conurbano, hay municipios que pagan $100.000 diarios para que recolecten la basura, otros, en cambio, lo hacen en similar cantidad de toneladas y superficie, por $8.000.-. Los segundos generalmente- tambiín pagan sueldos malos, y tienen las flotas de camiones diezmadas.
Pero a esta altura uno analiza el por quí de la continuidad de este sistema que insume hasta el 30% de los recursos de los vecinos, y garantiza  problemas ambientales persiste en la cabeza de los funcionarios, y la respuesta no es simple.
Reciclar requiere de trabajo, y los márgenes de utilidad son notoriamente inferiores a los de disposición final. Los controles de productividad de reciclado, compostaje y valorización energítica, son facilmente cuantificables y por ello, se pueden auditar. La corrupción en el pesaje de basura y transporte no.
Las inversiones para reciclar se recuperan principalmente en calidad de vida y a largo plazo, en tanto el gasto para disposición de residuos sólidos, sólo representaría una ganancia para funcionarios de ejecutivos y legislativos con sólo levantar la mano.
En un país como la Argentina, en ua provincia como Buenos Aires, y principalmente en el primer y segundo cordon urbano, una política de residuos moderna que incluya criterios para reducir, reutilizar, reciclar y valorizar los residuos urbanos, es necesaria.
Persistir en el criterio de esconder la basura bajo la alfombra, ya sea en Campana, Gral. Las Heras o Brandsen, es muy práctico para los 133 municipios que no tengan el nefasto compromiso de convertirse en el basurero de 14 millones de vecinos.
 
Que es un relleno sanitario*

La ASCE (American Society of Civil Engineers) define al Relleno Sanitario como una tícnica para la disposición final de los residuos sólidos en el terreno, sin causar perjuicio para el ambiente y sin ocasionar molestias o peligros para la salud, ni el bienestar y seguridad publica.
La disposición final de los residuos sólidos por el mítodo de relleno sanitario constituye una tícnica que tiene en cuenta principios de Ingeniería Sanitaria a fin de evitar todo tipo de contaminación que resulte nociva para la salud publica y el medio ambiente.
Todas las fases de implementación de la tícnica de Relleno Sanitario, desde la selección del emplazamiento, los estudios previos, la preparación del terreno, las obras de infraestructura, la ejecución propiamente dicha, el control ambiental, el uso posterior previsto para las áreas rellenadas y su integración al paisaje circundante deben ser estudiadas y planificadas adecuadamente.
Los rellenos sanitarios tienen como finalidad darle un destino cierto y seguro a los residuos sólidos que se generan en los núcleos urbanos.

*En la página de la Ceamse figuran todos los procesos y pasos necesarios para instalar un Relleno Sanitario, el destino diario de más de 14.000 toneladas de basura.

Fuente: infoban.com.ar