Según las noticias publicadas, no sólo de todos los rincones de nuestra República Argentina, sino tambiín desde muchos lugares de Latinoamírica, llegarán fuertes deseos de pertenecer a esta rica comuna.
Según la ordenanza 26076, Decreto 803/07 funcionarios, concejales y personal jerárquico gozan de generosas dietas, bonificaciones por disponibilidad horaria, en feriados y días hábiles, mas otras bonificaciones por tiempo completo.
Muchos reconocimientos bien pagos para una tarea honorable, para cumplir con el mandato de servir al pueblo como circunstanciales delegados.
Seguramente serán merecedores de semejantes compensaciones y para que realmente sea un municipio envidiable, no sólo por sus altos recursos económicos sino por la ejemplar calidad de sus recursos humanos, sólo falta dar a publicidad el currículum y los antecedentes, obras, proyectos, iniciativas y actos heroicos de cada uno de esos privilegiados, por lo que han merecido estos lugares de alta responsabilidad y esos premios, costeados por los cumplidores y ejemplares vecinos, ciudadanos titulares del poder de la democracia, que regularmente cumplen con sus contribuciones, tasas, impuestos, derechos y deberes, delegando la administración publica en representantes circunstanciales.
Sin olvidar de ampliar los detalles correspondientes a esos premios tan originales del sistema electoral ( quien habrá sido el demócrata que los propuso): la concesión de obtener bancas legislativas sin que nadie los haya votado, este es el momento de explicar a quien representan, si cobran lo mismo, o si son cargos de honor, que relación tienen con el pueblo, si tienen alguna coronita que los distinga (porque en la mayor parte de las instituciones hay titulares con voz y voto y adherentes sin voto, según sus condiciones de ingreso).
Tambiín es necesario dar a conocer el curriculum de los profesionales y tícnicos, que
por su específica y abnegada labor, solo reciben un sueldo, sin premios ni bonificaciones y están regulados por los códigos de ítica de su praxis profesional.

Los ciudadanos estarán orgullosos de que sus representantes se parezcan a ellos en cuanto a que, en la cultura del trabajo, nada se les regala, cada compensación tiene su justificación y para acceder a cada puesto de trabajo se le piden avales, certificados, capacitaciones comprobables, idoneidad, certificado de buena conducta, buenos antecedentes bancarios, financieros y judiciales, acreditación de residencia, cumplimiento fiscal, vacunas y muchas exigencias más para cumplir a rajatabla, como las que rigen en el mismo ámbito comunal, como ejemplo: Para que el ciudadano, el eje del sistema democrático, pueda acceder a iniciar un trámite debe tener pagas todas sus contribuciones a la fecha de inicio.
Por analogía, quien recibe el mandato de los ciudadanos para cuidar y administrar los bienes comunes debe transparentar su accionar y demostrar sus capacidades ante los contribuyentes.
Cuanto más, en estos momentos en que los defectos, del sistema electoral, no permiten reflejar la voluntad del pueblo, como lo demuestran los resultados últimos en que la mayor parte de los votantes (casi el 80%) no tiene representación en el gobierno comunal.
Este es el cambio que todos esperamos y que es posible realizarlo concretando estas primeras acciones de sano ejercicio de interacción social, que recorre un amplio margen entre la cooperación y el conflicto.
Es el cambio anunciado en las profusas promesas de campaña para lograr ser digno representante del pueblo.
El cambio es hacer de este, un municipio envidiable por el respeto a los valores humanos y cívicos, manifestado en los niveles de moralidad, inteligencia y actividad que energizan la vida feliz de esta sociedad política.

*Cristina Mirabelli
Investigadora de Historia Social
jhcaminodelbajo @gmail.com

Fuente: infoban.com.ar