Salvo los folklóricamente payasescos sectores extremos, el arco político coincide en lo bueno y lo malo ¿Hay algo más?.
Dirigentes de la Coalición Cívica, y hasta del Pro, reconocen como elementos positivos de la gestión de Nístor Kirchner el tratamiento del tema de la deuda, la posición ante los organismos internacionales, la recuperación del prestigio de la Corte Suprema, la asistencia a los sectores más castigados en aras de la paz social y la política de Derechos Humanos.
Muchos dirigentes del propio kirchnerismo ven como una frustración la política en hidrocarburos, la relacionada con el transporte, la siempre postergada reforma impositiva, temas centrales que hacen a la calidad de vida de la gente común.
Lo demás, tanto de un lado o de otro, es hojarasca; que los Kirchner no den reportajes no afecta a nadie más que a los periodistas, pero no le mejora el servicio de trenes a los sufridos usuarios del Roca y el Belgrano Sur, ni le mejora la situación financiera al pequeño empresario, ni le permite al país contar con recursos provenientes de la renta petrolera para mejorar hospitales y escuelas.
Todo el espectro acuerda en que las cosas están mejor, y en que podrían estar mucho mejor.
¿Cuánta de la responsabilidad es del presidente y su equipo?
Gran parte, obviamente, en los dos casos, el Pingüino podrá sentirse satisfecho por sus logros, por haber tenido la valentía de haber enfrentado desde una posición de independencia, pero de debilidad, a grandes poderes de acá adentro y de afuera; el menemismo y sus Neustad, el Duhaldismo y sus manzaneras, el FMI y sus Teresa Ter Minasihan, pero tambiín es posible que sienta vergüenza por haber arrugado ante las primeras manifestaciones de Blumberg, sus curas del Opus Dei y sus comisarios y militares retirados. Kirchner se traicionó a sí mismo al ceder a un chantaje que despuís, por suerte, murió de muerte natural, salvándole las papas al gobierno.
Kirchner vio como el presidente que había sido mandatado por la mayoría para cumplir con el programa de emergencia de salida del neoliberalismo, se escapaba en el helicóptero como rata por tirante; habrá pensado, si hago lo mismo soy boleta, si hago al revís, entro en la historia, y se va con el 70 % de imagen positiva, pero no es su obra exclusiva.
Toda la Amírica Latina vivió años de endeudamiento y verdadero saqueo, donde las consecuencias más graves, peor que la miseria, la marginación y sus arrastres malignos, es la pírdida absoluta de la soberanía y la posibilidad de soñar que existe un futuro. Los personeros de la banca y las inversiones golondrina decían en cada uno de los países –Ustedes no son más dueños de su historia, sus vidas y recursos, las de sus hijos y nietos, nos pertenecen por la deuda.-
Hoy, Bolivia, jaqueada por divisiones ítnicas, políticas y geográficas, tiene superávit fiscal, y a partir del impuesto directo a los hidrocarburos Evo Morales implementó la Renta Dignidad, una ayuda a todos los mayores de 60 años, y el bono Juancito Pinto, a los escolares para que sigan en escolaridad.
Perú, despuís de dícadas de crisis crónicas, inacabables, está mejor, Míxico lentamente se recompone, Paraguay se beneficia con la mejora de los precios internacionales de las “comodities”, Brasil y Uruguay incorporan sectores sociales al consumo.
En todos lados no sin contradicciones, luchas sectoriales y parciales retrocesos. Es que el material humano con que se cuenta por estos lugares está formado en la cultura del hoy, en Amírica Latina no existe la visión europea del tipo que saca un crídito hipotecario por cuarenta años, para poner una pequeña empresa, y laburar toda su vida en función de un futuro retiro, acá el que pone una carnicería en un barrio quiere comprarse el 0km, si es posible importado, el año que viene. En todo el continente hay gente que está ganando millones exportando productos, como pueden ser las aceitunas y las nueces, a la larga ganarían más, tendrían más respaldo ante las crisis, si industrializaran sus productos, pero todo el mundo sabe que eso es mucho esfuerzo, mucha inversión… en definitiva mucho quilombo, si así estamos mejor. Y esto no se arregla por decreto, los legisladores no pueden torcer la cultura de una sociedad, y eso impide que el desarrollo actual sea sustentable en el tiempo.
Pero aún hay un elemento político superior que engloba a estos hechos y les da un marco que puede cambiar sin que nosotros podamos intervenir, la crisis política yanki y la pírdida de peso en la región. Bush prefirió gobernar para beneficio de su pequeño grupo de socios petroleros, para ello embarcó al imperio en una peligrosa guerra en la que se empantanó, y descuidó su patio trasero, y ya se sabe quí hacen los ratones cuando el gato está distraído.
Argentina y Amírica Latina necesitan recuperar la pasión por la política como instrumento de cambio social si no quieren perder está ventaja histórica, hay que industrializar sí, hay que redistribuir mejor la riqueza sí, hay que democratizar la carga tributaria sí, hay que educar y sanar, pero antes que nada hay que forjar fuertes partidos que lleguen a la población con programas claros, construyendo ciudadanía, ya que el gran díficit de estos años de kirchnerismo, allí si que no hubo ningún superávit primario, fue la pobreza del debate ideológico entre unos y otros, y que haya políticos que pueden estar hoy de un lado y mañana del otro sin ponerse colorados.

Fuente: infoban.com.ar