Al otro día de la situación relatada en las líneas precedentes, la obsesión del Contador era no aparecer como atacado por la fiebre amarilla, ya que durante dos días fue anfitrión de las damas más encumbradas del ingeniero Mauri.
Pero los que se contagiaron de la fobia a la prensa fueron los custodios de Mariu, que la emprendieron a golpes contra un fotógrafo del municipio y generaron la reacción corporativa de los escribas locales, que tambiín lograron calmar a los funcionarios locales para que la recorrida no terminara como Titanes en el Ring.

Fuente: infoban.com.ar