Tras un proceso de fiscalización, la Ciudad suspendió más de 5.000 raciones de comida a comedores y merenderos, mientras avanza hacia un modelo sin intermediarios.

Según indicó el gobierno porteño, todos los días más de 250.000 personas reciben asistencia alimentaria en comedores, espacios de primera infancia, centros de jubilados, paradores para personas en situación de calle y a través de la transferencia directa del programa Ciudadanía Porteña.

Este modelo permitió realizar un relevamiento de los más de 500 comedores que existen la Ciudad, con controles diarios tanto a los espacios como a las empresas proveedoras, se informó oficialmente. Esto se lleva a cabo mediante una aplicación que registrar beneficiarios, identifica necesidades específicas y reporta irregularidades en tiempo real: cada ración queda trazada, cada persona queda identificada y cada peso puede seguirse en todo el proceso.

En ese marco se encontró que unas 5.000 raciones no estaban siendo justificadas, y se dispuso la suspensión inmediata del envío.

El sistema denominado "Ciudadanía Porteña" cuenta con inscripción 100% virtual, pago digital a través de Buepp —la billetera del Banco Ciudad—, y ampliación progresiva de rubros para llegar a 2026 con más de 160 nuevos comercios donde comprar alimentos de manera directa, transparente y sin intermediación.

"Terminamos con un sistema que durante años les permitió a los gerentes de la pobreza hacer negocios con el hambre de la gente. Hoy eso se terminó. Sacamos a los intermediarios e incorporamos un sistema que nos da visibilidad total: sabemos a dónde va cada ración, quién la recibe y cómo se usa cada peso" aseguró el jefe de gobierno porteño Jorge Macri.


En tantao, el ministro de Desarrollo Humano y Hábitat porteño Gabriel Mraida, agregó: “En la Ciudad, la comida dejó de ser un factor de negociación política. Todos nuestros programas tienen condicionalidades claras y están completamente desintermediados. Hay un control estricto y riguroso, que realizamos todos los días, apoyado en tecnología para garantizar transparencia en cada etapa del proceso. Ningún plato de comida puede terminar en un destinatario que no corresponde, y mucho menos en la política. Una Ciudad más justa es la que sabe exactamente a quién está ayudando”.