El gobierno nacional logró mantener las retenciones móviles a pesar de la embestida de los grupos concentrados, con la complicidad de medios y sectores minoritarios golpistas. Así como en el fútbol se pueden seguir discutiendo “in eternum” si fue penal o no, pero el resultado es inapelable para sumar los puntos a la estadística, en política económica los grandes productores de soja deberán ir, con la cola entre las patas, a abonar en concepto de retenciones lo que fijó la “administración CFK”
Por lo tanto, cuantos y cuales hayan sido los errores del gobierno, y fueron muchos y graves, acá ganó el sector más progresista del país, en detrimento de los sectores más conservadores, más poderosos económicamente, más antidemocráticos y privilegiados.
Como la de los que propiciaban el lock out patronal era un rejuntado antinatura, el discurso resultaba confuso, y sólo lo podía tomar como propio, aún sin entenderlo, el que está en contra del gobierno por cuestiones de piel; ya que aquí se agrupaban enemigos históricos en guerra desde hace 50 años, como la Federación Agraria y la Sociedad Rural, los votantes de Lilita desde un supuesto progresismo, con los votantes de Blumberg y Patti, que añoran a Videla (En el cacerolazo frente a la Quinta de Olivos mientras un sector vivava a Videla otro se iba espantado, ante este cronista como testigo). El que tiene un campito y lo labura a mano y el que participa, desde su piso en Recoleta o Puerto Madero de un pool de siembra sin pisar jamás el barro ni ver un hornero ni en foto y que no conoce a una vaca viva.
Pero no es una discusión nueva, viene, casi inalterable, desde la ípoca de Rosas, o aún de antes, desde la Colonia y es lo que se discutía en la Jabonería de Vieytes: Si debemos ser un simple proveedor de granos y materia prima o si debemos industrializarnos utilizando las ventajas comparativas. Si debemos plantarnos como país agroexportador primario, de commodities, o si agregar valor a lo que extraemos de la naturaleza, generando mayor trabajo y riqueza.
Quedó claro que los ruralistas, que no llegan al millón de personas ya que la Argentina es una nación con preminencia urbana desde hace medio siglo, luchan por un modelo sin posibilidades de sustentación en el tiempo, que alienta la concentración ya brutal en pocas y transnacionalizadas manos; la presidenta Cristina dejó blanco sobre negro que se opone a la “sojización”, explicó las causas, que hay que producir más trigo, más carne, más leche para que dentro de diez años nuestros asados no sean de milanesas de soja y nuestra leche no sea Ades; porque la soja desertiza, y es pan para hoy, para pocos es cierto, y hambre para mañana.
La reforma constitucional hija del Pacto de Olivos limitó la capacidad del gobierno federal de incidir decisivamente en el manejo de las riquezas naturales, que quedaron en custodia y a merced de los patricios gobiernos provinciales, algunos, como en las provincias más castigadas por los desmontes pro-soja, como Salta, las legislaturas son prácticamente, como hace 2.000 en Roma, vitalicias, e integradas por cuatro o cinco familias cuyos apellidos en muchos casos lucharon del lado de los españoles en la Guerra de la Independencia, o se quedaron con un gobierno y una revolución por el que no pelearon, como el oligarca Rosas, millonario exportador de cueros, pero que compraba los zapatos a Inglaterra.
Difícilmente Cristina pueda convencer a el puñado que se beneficia con los desmontes en Salta, de acceder a una política mas diversificada, a agregar valor, si total yo subo los porotos al camión y los chinos lo garpan a precio de oro. Cada porotito de soja es una pequeña pepita de oro pero ¿Y cuando la veta se acabe?
Tambiín aparecen profundas contradicciones entre la propia alianza que acompaña al gobierno, el producto de las retenciones aplicadas al agro son principalmente utilizadas para beneficiar… a sectores del agro manteniendo artificialmente el valor alto del dólar, que se cae en el mundo, perjudicando al trabajador frente al propietario, aún el pequeño. Cualquiera que recorra el país puede ver la enorme diferencia de inversión entre lo que se está construyendo en pequeñas comunidades rurales, inversiones gigantescas, mientras en el castigado Gran Buenos Aires la mayoría no tiene agua potable ni cloacas. Uno recorre la ruta que va de la frontera con Bolivia, Salvador Mazza, pasando por Tartagal, Campo Durán, hasta San Martín, despuís partes de Tucumán, Santiago del Estero, hasta llegar a la Pampa Gringa, y ve como en los últimos cinco años ha cambiado drásticamente el paisaje, enormes extensiones de tierra que eran monte y ahora están incorporadas al proceso productivo; rutas, canalizaciones, puentes, gente activa, con trabajo, crecimiento del área de servicios, maquinaria último modelo.
El Conurbano bonaerense, donde viven 15 millones de personas, está casi igual, si es cierto que se abren fábricas todos los días, pero ni comparar con el interior, el gran perdedor de estos tiempos en la clase media empobrecida de los grandes centros urbanos. Comparado con un esforzado trabajador de Jose C. Paz, San Martín o incluso Pompeya, un pequeño productor de Gualeguaychú es casi un rey.
La presidenta Cristina defendió tajantemente el modeloal que aspira y que la gente votó mayoritariamente, pero muchas veces el observador independiente no ve que el gobierno sea acompañado por el Justicialismo por convicción ideológica, a veces lo hacen por conveniencia personal; acá puede abisagrarse el destino del país, crear una poderosa economía, diversificada pero anclada alrededor de la agro-industria, lo que generara una nueva burguesía e incorporará a millones al trabajo especializado, o mandar la soja a las bodegas de los trasatlánticos sin siquiera ponerle un moño, para que los señores que se benefician con su renta sigan generando fiesta en Las Cañitas.
Apoyo al gobierno con grandes reservas, no quiero ser una de esas señoras gordas que se quejan de las carteras de Cristina, pero odiarían todavía más que la presidenta fuera Nina Pelosso, no quisiera parecerme a Buzzi, que cuenta los desaparecidos del campo sentado al lado del presidente de la Sociedad Rural, principal sostín de Videla y Martínez de Hoz.
No quisiera ser Lilita, que en su histeria anti-gobierno abandona a sus ex aliados y se pasa a defender la sojización y el desmonte sin control, no en vano cambió a Lo Vuolo por Prat Gay como asesor económico.
Pero para aprovechar esta victoria de los sectores menos concentrados, de la mano de la presidenta, es necesario buscar fórmulas de unidad que no necesariamente pasen por Moyano y D´Elía, tambiín de este lado estuvieron Sabatella y Liftschif, con mucha menos prensa, claro.
Por último, el sector que apoyó a los Ruralistas se opone claramente al alineamiento del gobierno en un nuevo bloque latinoamericano que enfrenta a Estados Unidos, es el sector minoritario que sueña con tener un serpa en Miami y viajar sin visa, son minoritarios, no podemos dejar que armen el país como quieran, pero las herramientas políticas para lograrlo las tenemos que construir nosotros, no creo que los barones del PJ nos puedan ayudar.

Fuente: infoban.com.ar