El intendente sorteó con habilidad un apriete “light” de los muchachos peronistas. Un grupo de señoras mayores de un centro de jubilados habían llegado temprano hasta la carpa montada sobre el pavimento flamante de la calle Ituzaingó, se colocaron sobre la cerca metálica que separa al público de los funcionarios. Un poco más atrás se había colocado la Juventud Peronista Evita, con mucha bandera, mucho canto nacional y popular, pero con respeto. Cuando ya estaba por subir la presidenta acompañada por Scioli e Ivoskus, un malón no muy grande pero compacto entró como una tromba y quiso llegar hasta la valla, los del Evita resultaron desplazados hasta un costado, y a más de una veterana le dio un sofoco y tuvo que ser elevada por sobre la cerca por personal de seguridad para su socorro mídico.
Cuando empezó a hablar el jefe comunal, los muchachos peronistas, casi todos con la camiseta de Chacarita debajo de las camperas, lo taparon con un canto, en realidad no agresivo, que hablaba acerca de su pertenencia a Perón, Evita, San Martín y Chacarita; el intendente sorteó el suave apriete, más una marcada de cancha, informando a la presidenta que estaba en el corazón de un barrio bien funebrero.
La tensión se aflojó, aunque Leonardo Rebolino, funcionario del área de Juventud del gobierno comunal, y militante del Movimiento Evita, debió aclarar que los apretujones y los cánticos no provenían de su tropa.
Los muchachos de “Chaca”, una vez efectivizada su voluntad de trascender y hacerse notar, se calmaron y aflojaron la presión. El discurso de Cristina, calmo, reflexivo, muy político, ayudó tambiín a que todo terminara como lo merecía Villa Maipú, despuís de lograr concretar un anhelo tras casi 60 años que fue solicitado por primera vez, para al fin contar con una salida directa hacia la General Paz.
Las fotos que presenta InfoBAN, testigo presencial del hecho, muestran como íste se produjo, y algunas caras de los actores.

Fuente: infoban.com.ar