Se acortan los tiempos, y serán los 8 miembros de la Suprema Corte provincial quienes tienen la llave ¿Quiínes son estos bonaerenses desconocidos?Las encuestas muestran tajantemente que la gran mayoría de los bonaerenses no conocen a los jueces de la máxima instancia judicial provincial, que son quienes tienen en sus manos gran parte del futuro de los habitantes de la provincia. Es que el gobernador es quien mejor mide en la intención de voto, por lejos, es quien le garantiza al gobierno nacional, salvo Kristina, una muy buena cosecha electoral y que no se le escapen por las fisuras de alguien sin el consenso total, algún intendente díscolo.
Pesos pesado de la política y la ley ya  dieron su posición, Zaffaroni y Arslanián por el sí, Díaz Bancalari por el no.
¿Quiínes son?
El decano es Híctor Negri, que asumió con la democracia en diciembre de 1983 y es considerado el indomable y no se sabe  su intención, pero no es un enemigo del gobernador.
Eduardo Pettigiani, Eduardo De Lázzari y Juan Carlos Hitters fueron funcionarios políticos de Duhalde y están bien con Solá, aún cuando no se produzca la alianza entre los dos aparatos, lo que queda del Duhaldismo y los conversos, cosa improbable, se supone que le darán la derecha a Felipe.
Luis Genoud, Hilda Bogan y Daniel Soria fueron incorporados a la Corte Suprema a propuesta del gobernador, el primero y el tercero fueron constituyentes en la reforma del 94 a la Constitución provincial, la que según Zaffaroni se equivocó al redactar el artículo 132 permitiendo esta reelección; la única mujer del cuerpo proviene de la militancia radical, pero siempre demostró estar en línea con la gobernación.
El último es Francisco Roncoroni, actualmente presidente, que es el más tícnico de los 8 y a quien no se le conocen simpatías políticas manifiestas.
Un recuento daría 4 votos a favor más o menos seguros, con uno más, Felipe Solá encabezará la fórmula, postergando a Aníbal Fernández y quitándole un problema de encima a Kirchner.
Pero tambiín puede ocurrir que se produzca un empate, y quien debe tirar el último penal es justamente el más imprevisible y el menos influenciable, el presidente.

Fuente: infoban.com.ar