Así y de esta perpetua manera los hamsters de la política seguirán girando en su aburrida rueda la que como sociedad nos llevará, como es repetido, siempre al mismo lugar. Los “Cricetinos” al igual que los políticos argentinos son una subfamilia de roedores, conocidos comúnmente como hámsters.​​ Se han identificado diecinueve especies actuales, agrupadas en siete géneros solo superadas en cantidad por la diversidad de postulantes de la política argentina.

Mientras todos se empecinan en mostrar que lo importante es la reyerta del mundo votante, con mezquina actitud  sumergen a la ciudadanía ahogándola bajo un cúmulo de declaraciones épicas esforzándose en hacer creer como si esta representación fuera lo principal y lo principal fuera lo secundario. Así por ejemplo un programa vacunatorio, un simple acuerdo salarial, inaugurar una parada de colectivo, asfaltar una calle, poner un semáforo o cualquier anuncio económico es convertido en un hecho inédito , único e “histórico” que pone como irrelevante y diminutivo el cruce de Los Andes del General José de San Martin y la épica de otros grandes próceres.

La geoeconomía un invento de la guerra fría que es la transformación de los enfrentamientos bélicos en económicos, en la Argentina está de fiesta. Ella y los poderes mundiales que operan detrás de la misma son los que más festejan. La geoeconomía  que se origina como un desprendimiento de la geopolítica constituye una herramienta que ayuda a tomar decisiones estratégicas a las naciones; evalúa las consecuencias, los riesgos y los beneficios que inciden en la economía, y la cultura de una nación a partir de factores geográficos, políticos y físicos.

Esta política carente de planificación estratégica y dialogo no es simplemente electoral, sino que tiene como fin obstruir, para no recomponer su tejido social y su aparato productivo con intervenciones “futboleras” fomentadas y sustentadas en la rivalidad eterna y en el odio social de una Nación.

La repetitiva teatralidad electoral acordada y sobredimensionada es totalmente funcional a la geoeconomia porque garantiza ipso facto la perpetuidad del subdesarrollo de este país a quien oportunamente y con acciones pergeñadas, lentamente le fueron destrozando toda su industria, perder sus mercados, destruir sus hospitales, alejar a la gente de la escuela, mucho más de las facultades empujándola a niveles miserables de desempleo, pobreza y analfabetismo nunca vistos en la historia de este otrora importante país, que hasta se dio el lujo de vaciar de contenido ideológico a sus partidos políticos volviéndolo solo cascaras vacías llenas de lúmpenes y marginales.

No existe en este territorio una democracia verdadera que sirva y de manera útil a un pueblo que hace años está conminado a optar en contra de alguien porque lo han privado del derecho de elegir (siempre hay que optar, nunca se puede elegir). El presente solo le sirve a la mediocre dirigencia de todos los colores partidarios que sin distinguir los verdaderos objetivos se enredan como los sofistas mostrando una simple elección como lo único importante cuando en realidad no lo es y máximo cuando la mayoría de sus actores son los responsables de tamaño desastre. Nada nuevo se puede hacer únicamente con todo lo viejo.

Hoy está demostrado, que los que dicen ser no son y los que son, no mandan.

Todo está hecho para entretener-distraer, y así suben y bajan los actores de reparto de este horrendo escenario, pero la sumatoria de las partes de todo lo que estos hacen da siempre cero, porque cien mil por cero da siempre cero. Los falsificadores de opinión los asisten diariamente e inducen a que cada fuerza no se aparte de su espacio asignado y cumpla con su rol fríamente y de antemano  planificado, (Ejemplos: Lula-Bolsonaro en Brasil, A. Fernández-Macri en Argentina, Petro – Hernández en Colombia)

Solo hay lugar para los reactivistas sociales que han hecho de la violencia su negocio y su oficio y todos siguen mintiendo porque es sabido que una ilusión nunca se arruina con una realidad. Cientos de mediocres cuyo trabajo es apoderarse de las verdades públicas infestan cuanta sana estructura les toca actuar. Argentina se ha convertido también en un país donde no hay justicia, y en un país donde no hay justicia es peligroso tener razón.

Lo cierto es que mientras los de afuera se divierten nosotros nos seguimos destrozando. Estamos ante un proceso de indefinición social en donde el receptor del mensaje, el pueblo, y  las medidas que para él se anuncian suenan a mucho pero solo alcanzan como es habitual la nada misma. Todos saben que un individuo sin función en este mundo no tiene lugar ni acceso a una vida digna.

Ya es hora que salgamos de esta mecánica regresiva y pinina de conflictos perpetuos generada por la estrategia de los opuestos o de la polarización  que tantos perjuicios genera, porque gran parte de la sociedad se resiste a creer que la ex profesa y desvalorizada Nación tiene su destino sellado, esperando un cambio político profundo en donde el ciudadano común -no el político actual-sea el protagonista y goce de una vez y para siempre de sus plenos y postergados derechos.

Victorio Pirillo