Es la misión que propone Gladys Pollán para Tigre, en este año de proyecciones. La actual Gerenta de Arquitectura de Aysa remarcó que la pandemia dejó al descubierto la necesidad de concebir y transformar el distrito en pos de los requerimientos de sus habitantes, en diferentes áreas.

En base a sus conocimientos profesionales, y al mismo tiempo como vecina y referente local, Pollán aseguró que es imperativo “tener una ciudad a escala humana.

Por ejemplo, que las calles además de ser seguras, sean saludables, y que el centro esté a cielo abierto, no cerrado”. No obstante, este afán también se aplica a otros factores o, mejor dicho, a demandas que han cobrado notoriedad e importancia, según lo manifiestan los propios vecinos y vecinas. En este sentido, Gladys reveló que “hablar de la movilidad es una de las preocupaciones de la gente, en cuanto al tiempo que conlleva viajar para cumplir con sus obligaciones. Por eso, marcamos la importancia de estudiar la movilidad en su conjunto, y un gran ejemplo de ello representa la ciclovía, porque no solo agiliza la circulación, sino que también logra bajar la velocidad. Se trata de repensar la ciudad”.

Para ello descomprimir el casco céntrico de Tigre constituye otra misión impostergable en afán de reforzar o adaptar el distrito a las necesidades vecinales y del propio ambiente.

Al respecto, la funcionaria de Aysa enfatizó que “es el paradigma que Malena Galmarini llamó: ‘La ciudad de 15 minutos’. Para lograrlo hay que descentralizar con los espacios de las delegaciones, que se conviertan en mini municipios para hacer los mismos trámites que hago en la municipalidad. En esa forma, se baja la movilidad, y cambia la dinámica”.

Por su parte, los espacios públicos desempeñan un rol preponderante en la planificación de la ciudad que considera Pollán.  En este sentido, la arquitecta anticipó que “deben ser espacios de calidad, que inviten a quedarse. Tenés que sentirte representado por diferentes cuestiones, que no estén pensados principalmente en un lugar solo de los niños y las niñas, sino para los abuelos y las mujeres, por ejemplo, con una perspectiva de género. Es decir, que se generen en función de incluir a todas las personas”.

A cada ámbito mencionado, Gladys Pollán lo proyecta con una participación activa del vecino y de la vecina: “Lo primordial es la consulta con la comunidad para que todos y todas aporten lo suyo. Que cada persona se sienta representada.”