El Hecho: En líneas generales y hasta donde se sabe, a raíz de un choque entre miembros del sindicato de la Unión Ferroviaria y trabajadores de empresas contratistas del ferrocarril Roca, cae muerto un militante del Partido Obrero, entre otras víctimas heridas de bala.

Los trabajadores tercerizados no están incluidos en el convenio colectivo de trabajo de la Unión Ferroviaria, y pertenecen a la Unión de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (ex-Ferrocarriles Argentinos). Los manifestantes que participaron fueron trabajadores precarizados por empresas contratistas, movimientos sociales y militantes de partidos de izquierda. Estos venían reclamando desde hace tiempo por la incorporación de 117 despedidos y por el pase a planta permanente de otros 1500 trabajadores.

Inmediatamente despuís de la muerte del joven militante del Partido Obrero, los medios de comunicación masivos salieron a cargarle las tintas por este asesinato a los sindicatos y al modelo sindical argentino, y por extensión al Gobierno Nacional.

La muerte del joven pudo o no haberse producido por miembros del sindicato con reconocimiento gremial (Unión Ferroviaria). Está de más recordar que en este tipo de acciones suelen intervenir agentes pagos, que sin ser parte integrante del conflicto, generan caos y confusión general.

Pero lo cierto es que gran parte de los medios de comunicación se valieron de este hecho para agitar nuevamente el tema del modelo sindical, como si el modelo por sí mismo generara una asociación ilícita con fines de asesinar a militantes de líneas opuestas a la conducción sindical, o de otras fracciones políticas.

El Modelo sindical:

La falacia entre democracia sindical vs. libertad sindical. No es verdad que el modelo sindical argentino sea totalmente verticalista y no se permita la participación. Por más que sea así, no es razón suficiente para vincularlo al asesinato de un joven militante.

Veamos:

La ley 23 852 del 2 de octubre de 1945 da el marco legal general para las organizaciones de trabajadores. No obstante la directiva que define a la representación gremial por rama de la actividad para aquellos agrupamientos de afiliados que presentan la mayoría de miembros; con el paso del tiempo el sistema de hecho se fue flexibilizando, y los datos de la realidad nos muestran un panorama que no es el que nos vende los medios de comunicación

Según el nomenclador del Ministerio de Trabajo de la Nación a noviembre de 2009, existen en la actualidad alrededor de 3000 sindicatos reconocidos. 1800 con personería gremial y 1200 con sola inscripción gremial

Según los datos con los que contamos y realizando una simple cuenta, tenemos que sólo en 30 actividades, suman unos 2 256 sindicatos, con lo cual la representación ya no se reduce a un sindicato por rama como lo establece originariamente la legislación existente.

Si tomamos las actividades dentro del Estado (entre las administrativas y las docentes), contamos con 1205 sindicatos reconocidos, con o cual el Estado de hecho, ha ido a lo largo del tiempo permitiendo el reconocimiento legal de una gran cantidad de sindicatos, al margen de la disputa por la representatividad al interior de cada rama de la actividad económica.

Muchas veces el liberalismo y cierto progresismo coinciden. En este caso la libertad sindical pregonada lleva a un debilitamiento de las organizaciones sindicales, que para mantener la fuerza necesaria en su lucha por la justicia social, necesitan de una conducción centralizada

Una mirada superadora
De todas maneras, el problema es pertinente plantearlo como una tensión entre una mayor participación interna de los afiliados y la manutención de la centralización en la conducción.

Esta triste muerte de un joven idealista argentino, al margen de la necesaria identificación de los autores materiales, es manipulada tambiín por aquellos que se asustaron del acto en River el 15 de octubre por parte del movimiento obrero. Tambiín estos sectores tomaron nota de las consecuencias contrarias a sus intereses a que llevaría la profundización de medidas como: el reparto de las ganancias empresariales con los trabajadores, o la participación de las organizaciones gremiales en la estructura del Estado.

No habrá mayor libertad sindical con el reconocimiento (que de hecho existe) de la CTA. La libertad sindical no es contar con 20 centrales paralelas. El problema es la fragmentación de las representaciones populares que a pesar de este modelo sindical, ya ha comenzado a producirse...

La lucha electoral plantea la posibilidad de un cambio de gobierno, que en este caso el cambio sería contrario a los intereses de los trabajadores, pero la organización de los trabajadores es en esencia, anti-sistema. Contiene en su interior el germen de la propia transformación de las formas
institucionales, y potencialmente más transformadoras aún cuando las organizaciones obreras se articulan con otras fracciones sociales.

* Instituto Arturo Jauretche. Confederación General del
Trabajo

Fuente: infoban.com.ar