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Gustavo Occelli tenía 52 años. Lo picó una araña de rincón y murió a los tres días luego de buscar un diagnóstico en cinco centros de salud que nunca llegó.

Por este motivo, su familia denunció que el hombre no tuvo la atención adecuada y que su muerte, que se debió a una falla multiorgánica, pudo ser evitada.

Aunque trascendió en las últimas horas, la desventura de Occelli inició el martes de 6 de septiembre cuando el hombre comenzó a sentirse mal, luego de ser picado por una araña identificada como de la especie reclusa chilena, comúnmente conocida como araña de rincón.

Tenía “fiebre alta, decaimiento, nauseas, escalofríos y una lesión necrótica en su mano derecha pero nunca se dio cuenta de que lo picó una araña”, relató Melina, una de sus hijas, en declaraciones televisivas.

Por este motivo fue atenderse a la guardia del Hospital de Diagnóstico Inmediato (HDI) de Benavídez. Allí los médicos afirmaron que "probablemente lo había picado una araña" y le dieron un antibiótico.

El malestar continuó, por lo que unas horas después, la familia llevó a Gustavo a la guardia del Hospital provincial de Pacheco. Allí le dijeron que debía esperar que el antibiótico hiciera efecto y lo mandaron de vuelta a su casa.

“Mi mamá le cuenta lo sucedido al personal de ventanilla, que se niega a brindarle la atención, excusándose porque mi papá ya tenía un tratamiento indicado y que debía esperar cinco días para que el antibiótico actuara”, relató la hija.

La familia insiste y recién ahí le dieron a Gustavo “ibuprofeno y una inyección intramuscular de penicilina para que volviera a su casa”.

El cuadro se agravó a las pocas horas con un síntoma que alertó a la familia: comenzó a vomitar sangre. “El jueves, la salud de mi papá había empeorado. Cansados de la mala atención recibida, mi papá concurre a los consultorios Santa Catalina de Benavidez acompañado de mi hermano”, continuó la hija.

Apenas llegó al lugar, Gustavo se desmayó y fue derivado de urgencia al Hospital de Garín, “donde lo atienden con rapidez, ya que no podía ni caminar y estaba muy débil”. Le hicieron estudios y el parte fue contundente: tenía una “hemorragia interna, que los médicos creían que provenía del estómago y que tenía comprometidos sus pulmones por neumonía”, recordó Melina.

“Cuando salen los análisis los valores estaban muy alterados. Mi papá tenía anemia, las plaquetas bajas, por lo cual su sangre no coagulaba, y la bilirrubina alta, entre otras. Su cuadro era grave, por eso deciden trasladarlo al Hospital de Escobar” agregó.

Finalmente, al día siguiente Occelli murió por un paro cardiorrespiratorio. “Cuando concurrimos al hospital, el doctor que estaba de guardia nos dice que su muerte fue a causa de una picadura de araña venenosa que había causado la necrosis en su mano y la posterior falla multiorgánica que derivó en su muerte”, dijo la hija.

Los familiares apuntaron sus críticas tanto al Hospital de Diagnóstico Inmediato de Benavidez como al Hospital de Pacheco por “el mal accionar y la negligencia del personal de salud, quienes en ningún momento solicitaron la realización de algún tipo de estudios para detectar tempranamente lo que estaba ocurriendo”, y “para que esto no le ocurra a nadie más”.