Centenares de personas se movilizaron al Obelisco y a la Quinta Presidencial de Olivos para protestar contra el Gobierno por las nuevas medidas adoptadas ante el rebrote de la pandemia de Covid-19 y particularmente contra la suspensión de clases presenciales.

La manifestación fue convocada por un sector de la oposición e independientes -agrupaciones de padres y madres de chicos en edad escolar, gastronómicos- a través de las redes sociales bajo las consignas #17A y "Todos a las calles".

El Obelisco y la residencia oficial del presidente Alberto Fernández fueron los principales puntos de concentración aunque también se registraron cacerolazos y bocinazos en otros puntos de la Ciudad de Buenos Aires, incluyendo la Plaza de Mayo.

Entre los reclamos de los manifestantes, muchos de los cuales protestaron a pie con banderas argentinas mientras otros lo hicieron desde sus vehículos, se destacó el referido a la decisión del presidente Alberto Fernández de suspender por 15 días las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Muchos de los manifestantes abordados por la prensa dijeron estar allí "por la educación" o "para que los chicos estén en las escuelas", mientras que los trabajadores del sector gastronómico que se plegaron a la marcha se expresaron en contra de la restricción a la circulación nocturna.

Poco antes de las 20:00 se dieron momentos de tensión frente a la Quinta de Olivos, cuando un grupo de manifestantes comenzó a pegar carteles en el portón de la residencia y varios efectivos policiales se movieron para alejarlos del lugar.

A diferencia de los vecinos que se acercaron al lugar por la tarde, el grupo que generó tensión se movió a los empujones y gritos, muchos de ellos sin barbijos, y con las banderas amarillas y negras que identifican al Partido Libertario.

Luego de los empujones y de que la Policía los alejara unos pocos metros del portón, unos pocos manifestantes permanecieron en el lugar hasta después de las 20:00, para desafiar la restricción a la circulación nocturna dispuesta por el Gobierno.

En tanto, en la Plaza de Mayo también se registraron momentos de tensión cuando un grupo reducido de personas se trepó a la reja de la Casa de Gobierno y intentó arrojar una valla metálica por encima de esa protección, ante lo cual bomberos arrojaron agua en un intento por dispersarlo.

En contraste con protestas anteriores, en esta oportunidad la convocatoria fue menor y no contó con la participación de ninguno de los principales referentes de Juntos por el Cambio: dirigentes como Patricia Bullrich y Hernán Lombardi, habitués de estas movilizaciones, no se mostraron en esta ocasión.

En cambio, sí participaron el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy y el dirigentes liberal Yamil Santoro, líderes del partido "Republicanos Unidos", junto a Agustín Etchebarne y Marina Kienast, referentes del mismo espacio.

En el marco de la protesta, Santoro afirmó: "Sin lugar a dudas la pandemia requiere responsabilidad individual de cada uno de nosotros. Pero no vamos a resolver los problemas que tenemos robándole la educación a nuestros hijos, ni destruyendo al sector gastronómico o el de entretenimientos, que tanto trabajo genuino generan. Tampoco militarizando las calles".

También la ex diputada nacional Cynthia Hotton, del partido "Valores para mí País", participó de la protesta que se desarrolló en el Obelisco.

"El Presidente no puede pedirle a los argentinos que se encierren y obedezcan su decreto mientras permite que el kirchnerismo no cumpla las leyes", afirmó Hotton, al tiempo que sostuvo que en la provincia de Buenos Aires "ya no hay Estado, sino una tiranía de inútiles".