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Aldo Di Paolo, el hombre que está detenido acusado de haber asesinado a su madre en su casa del partido bonaerense de San Isidro, nunca transmitió que la víctima había sido asesinada ni que tenía un cuchillo clavado en el cuello en los dos llamados al 911 que realizó el día del hallazgo del cadáver y que son analizados por la Justicia porque contradicen lo que contó en su indagatoria, informaron fuentes de la investigación.

Los audios de esas llamadas -a los que tuvo acceso Télam- fueron recuperados por la Central de Atención Telefónica de Emergencias (CATE) 911 de La Plata que depende del Ministerio de Seguridad bonaerense e incorporados al expediente por la fiscal a cargo de la investigación, Carolina Asprella, del Área Criminal de la Fiscalía de San Isidro.

Según fuentes ligadas al expediente, la fiscal Asprella analiza estos audios como otro indicio que podría complicar la situación procesal de Di Paolo.

En el primero de los llamados, realizado desde su propio domicilio, ubicado a la vuelta del de su madre, Di Paolo (65) solo reportó que había hallado a su madre María Cristina De Vincentiis (90) muerta "en el piso", que estaba "morada" y con "los labios violeta" por lo que creía que el hecho había ocurrido por la "mañana", y remarcó que se movía en "silla de ruedas" sugiriendo que le pudo pasar algo cuando se bañaba.

La siguiente es la transcripción completa de la primera llamada al 911:

Operador (O): 911, emergencias.

Aldo Di Paolo (ADP): Buenas noches. Mirá, me encontré con mi madre en el piso muerta.

O: O sea, ¿usted llegó al domicilio y se encontró con ella en esa situación?

ADP: Sí, le iba a avisar que mañana íbamos a ir al médico para hacer un análisis. Se bañó, o algo…

O: Escúcheme, dígame, ¿en qué localidad está?

ADP: Estoy en San Isidro.

O: ¿En qué calles?

ADP: En la calle Nicolás Avellaneda 1314, entre San José y Herrera.

O: ¿Qué edad tiene ella?

ADP: 91, estaba en silla de ruedas.

O: ¿Algún médico constató el fallecimiento?

ADP: No, está morada con los labios violeta. Se ve que no fue ahora, sino que habrá sido esta mañana…

O: Bueno, ¿cómo es su nombre por favor?

ADP: Es Aldo Antonio Di Paolo.

O: Señor, corto con usted, aguarde la ayuda, yo corto con usted y doy aviso para que salga personal médico a constatar el fallecimiento.

ADP: Bueno, espero en ese lugar.

O: Sí, aguarde allí la ayuda, ¿sabes Aldo?

ADP: Listo, gracias.

Pero en el segundo llamado, cuando ya en presencia de una testigo había visto que su madre tenía clavado un cuchillo en el cuello, el hombre nunca reportó ni esa situación ni que se trataba de un aparente asesinato, y solo remarcó que la casa estaba "revuelta" y que habían "robado".

Esto se contradice con lo que el imputado declaró en su indagatoria -a la que también accedió Télam-, cuando afirmó que tras el primer llamado, reingresó a la escena de crimen junto a una vecina, ella vio que su madre tenía un cuchillo clavado en el cuello y aseguró que volvió a llamar al 911 "para avisar que la habían matado".

La transcripción de la llamada 2, hecha ya desde la casa de su madre, es la siguiente:

O: Hola, ¿qué emergencia tiene?

ADP: Mirá yo llamé recién porque encontré a mi madre muerta en San Isidro.

O: Esto ¿qué partido es?

ADP: San Isidro.

O: Dígame las calles.

ADP: Nicolás Avellaneda 1314 entre Herrera y San José. Resulta ser que yo me la encontré muerta a mi madre y resulta que ahora, mirando, veo que han robado.

O: Escúcheme, ¿pero esto la acaba de encontrar ahora? ¿Dónde la encontró fallecida? ¿En su casa?

ADP: Sí, primero salí, la vi muerta entonces salí y llamé al 911. Y ahora volví de vuelta a la numeración…

O: ¿Cuánto hace que la encontró, que llegó a su casa?

ADP: Cinco minutos, diez.

O: Hace unos minutos, poquito, recién…

ADP: Sí, recién. La vi, vi que estaba muerta y entonces volví a mi casa que está a una cuadra, llamé al 911 y de ahí me vine para acá. Y ahora mirando veo que está todo revuelto y que le han robado.

O: Aguárdeme…

ADP: Sí… Porque primero me dijeron que iban a mandar médico para constatar, pero también está el tema del robo.

O: Estaba la casa revuelta y han roto cosas.

ADP: ¿Cómo?

Aguárdeme… bueno, corto con usted y transmito la emergencia, aguarde la ayuda.

ADP: Bueno, gracias.

"Habla con cierta tranquilidad y frialdad, delante de una testigo y nunca mencionó ni el cuchillo ni que se trataba de un homicidio", dijo a Télam uno de los investigadores.

Estos audios hicieron recordar a la llamada al 911 que Martín Del Rio, otro presunto parricida, realizó el pasado 25 de agosto pasado para denunciar el doble asesinato de sus padres, por lo que ahora está preso.

"Sí ¿cómo estás? Mirá… La mucama de mis padres me está diciendo que hay un problema en la casa de ellos. Que mis padres están muertos en el garaje", dijo Del Rio en aquel llamado a la Policía.

De Vincentiis fue hallada asesinada alrededor de las 20.30 del 8 de marzo último en su domicilio de la calle Avellaneda 1314 de Las Lomas de San Isidro.

La jubilada de nacionalidad italiana estaba tendida en el comedor cocina de la vivienda, con un cuchillo de cocina con mango de madera de la propia casa, clavado en el cuello.

Si bien se planteó como hipótesis inicial la de un homicidio en ocasión de robo en el marco de una entradera, la fiscal no dejó de investigar al hijo.

La clave para ordenar la detención de Di Paolo fueron una serie de contradicciones y los videos de las cámaras de seguridad de una fábrica ubicada enfrente a partir de los cuales se vio que la única persona que había ingresado a la casa de la víctima entre el lunes a la tarde - fecha compatible con la data de muerte-, y el miércoles del hallazgo, había sido su hijo, que vive a la vuelta, en la misma manzana que su madre, a unos 150 metros de la escena del crimen.

En el video clave del lunes, se observa que Di Paolo entró a las 17.30 y salió a las 18, en cuero y con una bolsa donde la fiscal cree que se llevó dinero y una tablet de su madre.

En el domicilio del ahora imputado por matricidio, en la calle Herrera 886, la Policía secuestró 3.000 dólares, 900.000 pesos, dos tablets, una notebook, dos teléfonos celulares y un almohadón con aparentes manchas de sangre.

Los forenses determinaron que el cadáver de la mujer fue movido de lugar en la escena del crimen, y la sospecha de la fiscalía es que quien lo hizo fue su hijo, único detenido por el caso, cuando el día del hallazgo presuntamente montó la escena de un robo.