El defensor del Pueblo bonaerense Guido Lorenzino, quien se presentó en la Corte Suprema de Justicia luego de que el máximo tribunal lo convocara como expositor en el caso de Natalia Denegri contra Google, volvió a expresarse respecto del denominado “derecho al olvido” y pidió al máximo tribunal evitar “totalitarismo digital”.

Los supremos deberán determinar -y sentar un precedente respecto de la libertad de información y expresión- si prevalece el recurso pedido de Denegri a borrar de los buscadores una situación pública -por mediática y de interés- de la que fue protagonista en su juventud, o el derecho a la información, que en este caso no es falsa sino que refiere a videos filmados en programas de televisión en los que Denegri participó en torno al "Caso Coppola".

Al respecto, para Lorenzino "la Corte tiene en sus manos la posibilidad de crear un estándar que permita fijar límites a los algoritmos y evitar el totalitarismo digital. Este caso nos habla del derecho a la autodeterminación informativa, que es el derecho de las personas a equivocarse, a optar, a vivir, sin que cada elección deje una huella imborrable en manos de una empresa”.

En su exposición como “amigo del tribunal", el defensor bonaerense señaló que la causa “nos habla de la apropiación de nuestros datos personales, nuestros gustos, interacciones y elecciones”, y que “no podemos eludir a los algoritmos, que eligen presentarnos al mundo de una forma sólo guiada por el ánimo de lucro de las empresas. Natalia soporta el descrédito, Google se lleva las ganancias” adujo.

El caso Denegri llegó a la Corte luego de sentencias favorables en primera y segunda instancia, que fueron apeladas por la empresa.

“Si no somos dueños y dueñas de cómo nos presentan los algoritmos, mucho menos podremos frenar las violencias de las que seamos blanco”, sostuvo Lorenzino en referencia a que un caso previo de "derecho al olvido" también requerido por una joven, pero en su caso, completamente diferente al de Denegri, su nombre estaba relacionado al de una homónima que subía videos de sexo explicíto, por lo que su persona se veía perjudicada.

En ese sentido, para Lorenzino “la libertad de expresión no es un derecho absoluto; tiene como límite el respeto a los derechos humanos y a la reputación de los demás. No podemos ser espectadores de los daños que se consuman permanentemente. Debemos prevenir y reflexionar sobre esto. La tecnología no es neutral, más teniendo en cuenta que en materia de honor y reputación digital es mejor prevenir que resarcir. Un daño en la dignidad humana es incalculable e irreparable”.

En tanto, Lorenzino comparó este caso con uno sufrido por Cristina Fernández de Kirchner respecto de una fakenews. “La falta de transparencia algorítmica por parte de Google habilitó la indexación de su nombre a un contenido falso, que generó un daño manifiesto a su persona y honor, y también a las instituciones democráticas y la investidura presidencial. Son dos casos similares que nos llevan a una conclusión: o limitamos a los algoritmos, o los algoritmos condicionarán nuestros derechos e instituciones” adujo.

El defensor del Pueblo también sugirió a la Corte que, al momento de resolver la causa, le pida al Poder Legislativo nacional que trate un proyecto de ley orientado a crear la Agencia Nacional de Algoritmos, un organismo que posibilite, a través de un diálogo e interacción edificante con las empresas tecnológicas, a avanzar hacia reglamentaciones protectorias de los derechos humanos.