La famosa casa donde se abrazó Perón con Balbín siempre fue un lugar de disputa entre agrupaciones peronistas, gremios, y movimientos sociales, y hasta el propio Hugo Chávez -de visita en Argentina- fantaseó con adquirir la vivienda por su indudable valor histórico y político.
Sin que nadie se lo pida (pero tampoco se lo impida) el polémico secretario de la CGT regional zona norte que cobró notoriedad el #27F, logró quedarse con la llave con la excusa de ponerla en valor.
Mientras más de treinta gremios de la región cuestionan sus métodos de conducción y se empiezan a despegar, el “gordo guarda” podría tener que empezar a juntar sus cosas de la habitación de Perón donde instaló su base operativa, ya que fuentes cercanas a Máximo aseguran que ni bien asuma la conducción del PJ bonaerense se encargará de organizarle la mudanza con los mismos fleteros que golpearon abuelos en la contramarcha de la Quinta de Olivos.
