Las panaderías más famosas de Tigre por sus precios populares, cambiaron el color rojo asociado a las gráficas municipales, por un amarillo potente, tan Pro como taxista.
Pero esto no quiere decir que la firma haya cambiado de propietarios, ni que se levante la recomendación de consumir las panificaciones lo más rápido posible para que el organismo humano las tolere. Si es calentito mejor, y esto no es sólo una recomendación bromatológica, sino que el contador cuenta cada gramo de ganancia antes que se evapore y pierda peso.
Entre todas las leyendas societarias, lo cierto es que el cambio de imagen no sería para nada inocente, y responde a una vuelta a los orígenes del otrora funcionario que perdió su poder visible en una cancha de pádel en plena cuarentena, la primera vez en su vida que se le escaparon algunas facturas y vigilantes.
Por la nueva coloración de la cadena se especula que estaría frecuentando a Jesús de los Polvorines, su maestro panadero, amasando la “pata peronista” de Cambiemos para sacarse la bronca por la negativa judicial de otorgarle la probation por violar la cuarentena.
