En un encuentro virtual que mantuvo con más de 500 docentes, padres y militantes de Juntos por el Cambio de la Provincia de Buenos Aires, la ministra de educación porteña alentó a los presentes a llevar a los chicos a la escuela y a exigir en sus territorios que se cumplan los protocolos.

La conversación tuvo lugar en el marco de las mesas educativas que impulsa el exministro de educación bonaerense, Gabriel Sánchez Zinny, y que durante todo 2020 se realizaron con el objetivo de poner a la educación en la agenda de la Provincia y militar la apertura de las escuelas.

En esta oportunidad, también participaron los legisladores bonaerenses de Juntos por el Cambio, Sergio Siciliano, Emiliano Balbín, Susana Lazzari y Felicitas Beccar Varela.

Acuña comenzó hablando de los inicios de su plan para abrir las escuelas, algo que sucederá este próximo miércoles en toda la CABA. “A mitad de año empezamos a ver consecuencias de la no presencialidad en los chicos. Las escuelas cerradas son peligrosas para el bienestar emocional. En encuestas que realizamos junto con UNICEF y la Fundación INECO, el 70% de las familias manifestaban que sus hijos tenían trastornos de sueño, alimentarios o que sufrían de ansiedad. Y lo peor de todo, el 85% decía que sus hijos eran menos felices”, explicó.

Tras contar a los presentes cómo es el protocolo de vuelta a clase en la Ciudad, Acuña se refirió al rol de las familias y de la sociedad civil en general en estos momentos. “Empieza una etapa donde los estados y políticos tenemos que seguir cumpliendo pero también debe sumarse la sociedad civil, porque ahora necesitamos que las familias lleven a los chicos a sus escuelas”, declaró.

“Hay un sector que tiene miedo y allí tenemos que militar la confianza. Es la voz de ustedes difundiendo la importancia de la presencialidad y también exigiendo que los protocolos existan y sean cuidados”, completó.

Sobre el cierre, el diputado provincial y ex subsecretario de Educación Provincial, Sergio Siciliano, dijo que la apertura de escuelas en la Provincia “es un relato porque solo se piensa en 90 minutos de presencialidad, no llegando a cubrir ni una jornada simple".