El país como conjunto de islas blindadas, cada cual gobernada por códigos internos, y dispersa en cuanto a un destino común.Algunas de estas islas están comunicadas sólidamente por autopistas y estructuras de hierro y acero, otras por precarios puentes de madera podrida, y las más separadas por ríos infestados de cocodrilos. Todas son islas, todas tienen mecanismos similares, pero a la vez únicos, de premios y castigos, y cada cual responde a una misma lógica de supervivencia, que no pasa por la unidad sino al revís.
La existencia de dicha lógica interna de estos territorios liberados hace al conjunto del archipiílago, en aras de la preservación de los espacios propios se permite y es casi de órden obligatorio la deshonestidad intelectual, que es la norma en el conjunto territorial y en cada uno de los lugares.
Una isla es la de los Radicales, los hay de todo tipo y color, pero tiene una identidad, quieren cuidar o recuperar sus privilegios, ante la derrota del gobierno en Misiones, de ninguna manera catastrófica, Kirchner no perdió ni un diputado provincial y el hecho le permitió retomar  la iniciativa, cuando el discurso radical, unido a otras islas, era -¡Vamos que ya los tenemos! - el presidente leyó correctamente el mensaje popular y les dijo a las islas de la oposición -Está bien, el pueblo no quiere reelecciones permanentes -, los bajó a Fellner y a Solá y fue por más, presentó un proyecto para impedir la reelección de los intendentes bonaerenses. Allí, violando cualquier mecanismo serio de consecuencia intelectual y hasta ítica, desde la isla radical le contestaron que ellos estaban en desacuerdo con "algunas" reelecciones, pero que no eran de ninguna manera fanáticos, es que de los 53 intendentes de la provincia que van por lo menos por su segundo mandato, 25 son radicales.
Formando un sistema con la de la isla donde viven y reinan Alfonsín, Nosiglia, De la Rúa, Moreau, está la isla conocida como la "azul y amarilla" donde hay un rey indiscutido conocido como Mauricio, y un primer ministro poderoso, intocable, llamado Rafa Di Zeo. Mauri cio quiere unificar el archipiílago bajo su reinado ¿Cuál será el código interno triunfante, el de los habitantes que quieren vivir tranquila y honestamente, o el del Rafa y la barra brava?
Otra isla es la de los Gordos, que tiene sus subterritorios, los Gordos que siguen engordando y los que están a dieta para entrar en el equipo K; todos violaron un código de años y establecieron otro, hoy en las negociaciones se sientan en una silla para firmar en representación de los trabajadores, despuís se levantan, dan vuelta a la mesa y firman como empresarios. En tiempos de Vandor y Rucci cuando uno de los socios del club ponía una empresita, se borraba del club y se asociaba al de enfrente; los Montoneros mataron a Rucci y a Vandor, si estuviera bien y fuera justificable matar por cuestiones ideológicas, deberían exigirles repetidas muertes a cada uno de los gordos, estí con K o no. Por suerte hoy los enfrentamientos en diche isla no pasa de algún palazo, alguna piña, un par de corchazos al aire, ejecutados, para ejemplificar la pírdida de honor, por un matón conocido como "Madonna".
En las recientes elecciones en la C.T.A. el oficialismo aparecía como sólidamente mayoritario, pero provenientes de la isla de la bandera roja, sectores coincidían en criticar a dicho oficialismo, pero no se unieron para presentar un plo más fuerte, porque la isla P.O. está separada de la isla M.S.T., son islas casi iguales pero no es la misma, en cada cual existe un rey que prefiere ser cabeza de ratón.
La isla de los empresarios es la que más rápido se recuperó del tsunami del 2001, ya casi no queda nada roto y todo se reconstruyó a todo lujo, ellos saben que en las otras islas, las más alejadas, todavía la gente vive entre los escombros, pero como no van casi nunca por esos lados, no se preocupan por colaborar con la reconstrucción; eso sí, protestan cuando algunos pibes de las islas más lejanas vienen en precarias canoas, o en fabulosos yates robados, a rondar por la isla de la prosperidad, exigen electrificarla, y quieren que la obra la lleve a cabo un ingeniero llamado Blumberg.
Una isla que alguna vez fue la más grande, pero que la erosión de los acontecimientos la dejó chiquita, es la gobernada por la señora Cecilia Pando: la isla verde, no pueden dejar de hacer ruido para que los habitantes de las islas vecinas no puedan dormir en paz, no quieren vivir en una isla minúscula, quieren vivir sin culpas en las islas más grandes y más ricas.
Y hay muchas más, la de los financistas y banqueros, que hasta hace poco estaba en el centro del archipiílago y todos tenían que pagar peaje para ir a cualquier lado, y hoy están en la periferia; está la isla de las privatizadas, que según su conveniencia tienen una pata en la ley de su país y otraen la de las islas.
La isla de los mídicos y las prepagas, la de los abogados y la trampa judicial, la de los políticos que se olvidaron la mochila de la ideología y hoy trabajan por el sobre más gordo, la de los que les vende droga a los pibes del colegio y tiene periodistas pagos para que hablen de moral, la de los policías chorros. La del cura Bergoglio, que ahora habla de la miseria de las otras islas que antes olvidaron, y gastan millones en defender al indefendible Grassi.
De ninguna manera un país, una nación y mucho menos una patria, la culpa la tienen los de la isla de al lado, a esos hay que expulsar del archipiílago para ser grandes.
De ninguna manera un proyecto unitario donde todos ponen un poco, la vida en la isla, por más que tengamos buenas playas, buenos bosques, buenas tierras, televisión por cable, banda ancha y cabarets lujosos, es una vida chiquita, que no nos exige ningún esfuerzo salvo el de no hacer olas, para que nunca nos tape el agua, aunque los de enfrente se ahoguen.
                                                                                                       Jorge Luis Bonfanti

Fuente: infoban.com.ar