Escribe: Lic. Andrís Filon.

Tal como reza el primer párrafo del artículo que escribieron en Visión Desarrollista “Ni proteccionismo a ultranza ni Apertura ingenua” es parte del mismo problema. Donde Pararnos?

Efectivamente lo primero que nos viene a la cabeza es la importancia del mercado a incorporar cercano a los 500 millones de consumidores con un ingreso cercano a los USD25.000/cápita, una cifra que nos hace pensar en todas las posibilidades de ventas que podríamos generar. Pero tambiín son las primeras fantasías las que rápidamente se desvanecen cuando abordamos la realidad de la situación.

Mucho me recordó esta novedad al momento que se estructuro el Mercosur con un mercado interno cercano a los 300 millones de consumidores donde se pronosticaba un salto cuantitativo y cualidad de los sectores industriales en el proceso de integración. En principio solo ocurrió parcialmente en el mundo automotriz.

Encontramos algunas asimetrías no solo en el desarrollo de los países involucrados sino tambiín en las propias instituciones comunitarias. Varios ejemplos nos diferencian: la inexistencia de un Banco Central, un Parlamento comunitario, Tribunales regionales, un ingreso promedio de USD15.000/cápita, moneda común, etc. La falta de integración en muchos de los aspectos económico/institucionales tambiín se debe a la inestabilidad económica que presenta la economía argentina con sus vaivenes inflacionarios y crisis recurrentes.

Este panorama institucional nos muestra que las realidades son bien diferentes, aunque tambiín es cierto que otras zonas de libre comercio en el mundo no poseen todos esos institutos descriptos, el T-MEC recientemente firmado es un claro ejemplo de ello.

Ahora la configuración de este Tratado pone en primer lugar de manifiesto la voluntad de los gobiernos en sumar sus esfuerzos en un gran espacio común. Sin embargo restan despejar muchas incógnitas que hoy no tienen respuesta. La compatibilización de normas sanitarias, ambientales, laborales e impositivas como el resguardo de la propiedad intelectual e industrial o de las inversiones son parte fundamental del tratado, cuya letra chica se desconoce aún.

Dadas las características del mismo se dará en la UE la firma del modo mixto es decir por el Parlamento Europeo y los 28 países miembros, más los 4 propios del Mercosur, donde aparecerán diferentes obstáculos básicamente relacionados con la calidad productiva en materia alimentaria y las normas ambientales. Varios de los países europeos involucrados seguramente pondrán el acento en la seguridad alimentaria lo que supondrá un gran esfuerzo de las economías sudamericanas en demostrar que sus modos productivos no atentan contra la salud pública. Francia, Italia, Bílgica serán en principio las cabeceras de esa oposición. Tampoco podríamos soslayar como ya ocurrió con el mercado del vino, la necesidad de cambios en las denominaciones de determinados productos hacia nombres geníricos, Champagne por Espumante es un ejemplo de ello. Solo pensemos cuantos quesos tienen denominación comprometida.
Otro aspecto que pondrá en relevancia el Acuerdo hace referencia a las condiciones laborales implícitas sobre todo en los puntos referidos a condiciones laborales, edad de los trabajadores y condiciones de asociatividad para negociar pautas salariales, todas ellas enmarcadas en lo que la OIT señala.

Así son hoy los Acuerdos Comerciales, que exceden a las viejas condiciones que se impusieron en los primeros tratados comerciales que solo apuntaban al levantamiento de barreras arancelarias o para-arancelarias. La visión es mucho más compleja. Míxico se encuentra adecuando su legislación laboral para incorporarse al T-MEC.

Puestas en consideración esas variables aparece de fondo la problemática nacional, que tambiín atañe a los restantes socios del Mercosur en alguna medida, pero para Brasil como la Argentina el desafío parece mayor solo porque ambos suponen un grado de desarrollo industrial mayor. Sin embargo cuando apreciamos la ubicación de cada uno de los países en el Índice de Complejidad Económica confeccionado sobre la base de exportaciones; Brasil se encuentra en el puesto 37/126, Argentina 50/126, Uruguay 51/126 y Paraguay 87/126. Lejos queda la diversificación en la estructura exportadora.

Es evidente que nuestra economía será sometida a una discusión que sin dudas implica la desaparición de algunas actividades productivas y la aparición de otras, este debería ser el punto sobre el que debatir Políticas de Estado. Programas como el RePro tendrían que apuntalar las reconversiones ya que el primer impacto será sin dudas el desempleo y quebranto en varios sectores. Sería tambiín importante abstraerlo del lobby permanente de los oportunistas de siempre, para ponerlo al servicio de un modelo que permita en el mediano plazo una integración seria a los mercados internacionales.

Fuente: infoban.com.ar