Son muchas las formas de hacer campaña, básicamente se aplican 3: a favor, en contra y con propuestas, algunos consiguen mucha prensa, de la peor forma, otros, no.
En estas elecciones del próximo 28 enfrentaremos un cuarto oscuro lleno de boletas donde la mayoría de las opciones serán absolutamente desconocidas. Entre ellas, volveremos a preguntarnos por el partido de los jubilados, los movimientos minúsculos de izquierda, los partidos de ultraderecha más salvaje, y frentes de agrupaciones cuya alianza sólo apunta a permanecer vigentes como partidos políticos, mas no sea para alcanzar el piso que les otorgue los beneficios constitucionales y presupuestarios de un Partido Político.
La campaña, una vez más digitada por el oficialismo, que maneja la agenda a fuerza de millonarios aportes de campaña en medios de comunicación de todo tipo y tamaño, devino en falsas imputaciones de delitos, cuidadosamente formuladas para esquivar las responsabilidades, o directamente a cargo de aforados candidatos testimoniales o como se los quiera llamar, según el oficialismo al que pertenezcan.
Pero llamó especialmente la atención, el ninguneo análogo con el que sus co concertados le profieren a la lista que encabeza Julio Cobos, Vicepresidente de la Nación. Desde su gínesis aquel día en que se dirimió el destino de las retenciones a las agroexportaciones con el voto “no positivo” Julio Cobos fue invitado a renunciar, a irse, a abandonar el cargo e incluso en los pasillos de los recintos a morir si le place.
Claro que ninguna de esas afirmaciones eran golpistas, por que se formularon desde el propio oficialismo. Lo mismo ocurrió con su futuro político: le recomendaron que vuelva a Mendoza, que se quede en su casa, y que si quería gobernar, que se arme un partido político y consiga los votos, ya que, mas de uno, consideró que los votos de la campaña que llevaron a la presidencia de la Nación a Cristina, Cobos y vos, le pertenecían sólo a la primera.
Y así fue: Julio Cleto Cobos con un imperturbable perfil bajo, y una tolerancia sorprendente, acogió las recomendaciones de propios y extraños e impulsó la creación de un partido político para “revalidar títulos” aún cuando está legitimado -al igual que la Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner- por el voto por lo que la constitución dice que dura el mandato de la fórmula triunfante hace poco menos de dos años, nada más.
El “Confe” Consenso Federal, es el partido que Cobos tiene como herramienta para buscarse un lugar que evite que su máximo logro sea haber votado contra su propio compañero de fórmula, Cristina Fernández de Kirchner, en el desempate que tuvo en vilo a todo el país, aquella noche del 2008, tras semanas de rumores, agresiones y entramados ideológicos políticos y partidarios.
Cobos con el CONFE tiene en muchos distritos de la provincia de Buenos Aires, una participación dentro del Acuerdo Cívico y Social, no obstante en aquellos distritos donde no hubo acuerdo, el CONFE, bajo la forma de alianza transitoria, ha presentado lista con candidatos propios, generalmente escindidos del radicalismo que lo llevó a la gobernación de la provincia de Mendoza, y los colocó frente a un Nístor Kirchner concertador, que lo llamó a la sucesión de su gobierno como compañero de fórmula presidencial.
Como ejemplo, bajo el número 1423, la alianza transitoria del CONFE presentará candidatos el 28 de junio. Dentro de los 134 municipios, divididos en 8 secciones electorales, habrán 31.428 mesas con urnas, donde votarán 10.607.918 bonaerenses. La mayoría de ellos, hacinados en el conurbano, principal beneficiario de las políticas públicas del último año, con inversiones multimillonarias, que buscan sembrar, donde se cosechan mas votos, y de ese modo, neutralizar el efecto de una política que muchos preferirían dejar en el pasado.
Podría presumirse entonces que la lista de Cobos lograría la adhesión de algunos de los medios y ciudadanos en memoria y reconocimiento de aquella determinación que la historia aún no ha juzgado, pero por el tenor de la campaña, parece que la memoria es frágil y el bolsillo, siempre pesa más.

*Sergio Astorga Bracht

Fuente: infoban.com.ar