Una ceremonia demasiado chiquita para un hecho muy importante. Se realizó el acto de jura de los nuevos ediles escobarenses, los datos informativos centrales son el inmediato pedido de licencia de Walter Blanco, la determinación del oficialismo de designar nuevamente a Elio Miranda para presidir el cuerpo por tercera vez, lo que se convertirá un rícord, la incorporación de dos sub 30, Damián Macías por el PJ—FPV y Leandro Costa por la Udeso, sangre joven muy esperada en un Concejo donde hay muy poco barullo de controversia creativa. Como detalle folklórico la parición de un histórico de las segundas líneas del oficialismo escobarense de los últimos 15 años de política como Juan Carlos Parlatto, si es digno premiar la lealtad este es un buen caso testigo.

Pero el acto en sí resulta muy objetable, en primer lugar porque sus falencias organizativas muestran un camino errado de valorización de las señales democráticas.

En primer lugar el lugar elegido, que no permite la participación del vecino; todos, concejales, intendente, funcionarios, familiares y vecinos sufrimos un calor insoportable.

No es un detalle menor la renovación democrática, es inídita en la Argentina y cada vez que pasa, más lejos estamos de aquellos años en donde ningún proyecto duraba lo que marcaba la Constitución.

Por lo tanto que los vecinos conozcan a sus representantes cara a cara, que los concejales conozcan las caras de directoras de escuela, de dirigentes de entidades civiles como cooperadoras, dirigentes sindicales, vecinos ilustres, es muy importante para que la función de todas las instituciones mejore.

El municipio debe organizar estos importantes actos en lugares muchos más grandes, como los polideportivos, con más tiempo, para que la prensa pueda dialogar con todos con tranquilidad y poder presentar a cada concejal a nuestros lectores que son los votantes. Y que este tipo de actos sea una fiesta popular y no un hecho aislado y casi escondido, porque cuando este cronista iba para el recinto de Asborno, la plaza estaba repleta de vecinos que miraban pasar a algunos desubicados que se habían vestido como para un casamiento de gala, sin tener ni la menor idea de que la democracia estaba por dar un fuerte paso adelante, uno más que nos aleja de las dictaduras y las frustraciones populares.

Porque siempre hay un mensaje de la “antipolítica” (En general “fachos” irrecuperables pero muy minoritarios) que inundan los comentarios de los medios electrónicos con mensajes del tipo —Son todos ñoquis, corruptos e inútiles—

Son nuestros representantes, elegidos por la sagrada voluntad popular, que se puede mejorar, es cierto, pero solo se puede hacerlo en el marco de la vigencia democrática, ninguna dictadura ilustrada nos garantiza nada bueno a las grandes mayorías.

Por eso pido a los partidos y sectores políticos una revalorización de los signos que la democracia da para mostrar que está viva y perfeccionándose.

Fuente: infoban.com.ar