Una de las preocupaciones más importantes de nuestro tiempo es la calidad ambiental del entorno. Se sabe que es fácil y con frecuencia inútil, caer en la interminable enumeración de problemas y catástrofes ambientales que soporta nuestro Planeta. Describir calamidades no es agradable, ni para el que las cuenta, ni para el que las escucha, pero únicamente la información y la concientización puede corregir situaciones equivocadas y mitigar sus consecuencias.
La lucha contra la contaminación del aire, de las aguas continentales y marítimas, del suelo, así como la defensa del paisaje, la restauración y mejora de las zonas de interís natural y artístico, la protección de la fauna y de la flora, el tratamiento y eliminación de los residuos, la defensa de las zonas verdes y espacios libres, la reinstalación de industrias fuera de las zonas urbanas, la congestión del tráfico urbano, la lucha contra el ruido y tantas otras cuestiones, no son sino aspectos parciales e interrelacionados que han de tenerse en cuenta al abordar el tema de la defensa del ambiente.
Se entiende por medioambiente o medio ambiente al entorno que afecta y condiciona especialmente las circunstancias de vida de las personas o la sociedad en su conjunto. Comprende el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y un momento determinado, que influyen en la vida del hombre y en las generaciones venideras. Es decir, no se trata sólo del espacio en el que se desarrolla la vida sino que tambiín abarca seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos, así como elementos tan intangibles como la cultura.
Si no tenemos en cuenta estos valores naturales, sociales y culturales, es muy probable que esto presuponga un costo que suele ser muy gravoso para la comunidad, como:
1) Pírdida de los recursos: Al contaminarse los recursos ya no pueden volver a ser utilizados. Un lago o un río altamente contaminado ya no podrán proporcionar agua para riego ni usarse para el consumo humano.
2) Costo para suprimir y controlar la contaminación: Hay que pensar simplemente en cuanto se debe gastar para recuperar un ambiente contaminado, como un río o un lago.
3) Costos de salud: Este es el aspecto que hace reaccionar más rápidamente a la población. Ya que estos costos significan gastos mídicos y gastos por pírdida de horas de trabajo.

El ser humano se encuentra en constante interrelación con su entorno. Cuando íste le produce algún perjuicio es que se habla de problemas ambientales. Estos pueden provenir directamente de la naturaleza, cuando el hombre se instala en sitios cuyos procesos naturales lo perjudican; o bien tener su origen por causas humanas o antrópicas, es decir, que el hombre interviene en los ciclos naturales generando un daño que, finalmente, se vuelven contra íl mismo.
El progreso tecnológico, por una parte y el acelerado crecimiento demográfico, por la otra, producen la alteración del medio, llegando en algunos casos a atentar contra el equilibrio biológico de la Tierra. No es que exista una incompatibilidad absoluta entre el desarrollo tecnológico, el avance de la civilización y el mantenimiento del equilibrio ecológico, pero es importante que el hombre sepa armonizarlos. Para ello es necesario que proteja los recursos renovables y no renovables y que tome conciencia de que el saneamiento del ambiente es fundamental para la vida sobre el planeta.
Cuando tratamos temas ambientales, muchas veces se comete el error de verlos de manera fraccionada o hasta secundaria. Se insiste con la imagen de los ambientalistas como críticos de toda tecnología que llevarán a todos a la pobreza. Pero en realidad, los ambientalistas examinan las consecuencias de las tecnologías, y apuesta a aquellas que mejoran la calidad del ambiente y de la salud.
La pregunta del millón es saber si son compatibles un ambiente finito con unas necesidades humanas que se plantean como ilimitadas. La conclusión nos llevaría a aceptar que es posible definir que el mundo y todo lo que en íl existe, es finito, no así las necesidades humanas, ya que sobre el umbral de satisfacción de las necesidades básicas se pasa a hablar de deseos, los que sí son infinitos. El tiempo de los procesos ambientales son más largos que el tiempo de los procesos sociales y económicos que necesitan los seres humanos, puesto que la regeneración de un bosque puede demorar 75 años o más, el tiempo necesario para evaluar los impactos de las inversiones, muchas veces, no exceden de los cinco o diez años.
En la Argentina el análisis y monitoreo del ambiente son prácticamente inexistentes en el caso de la mayoría de los contaminantes. Como resultado de ello, no hay una base adecuada sobre la cual adoptar decisiones informadas acerca del manejo del ambiente. En general, los problemas de la contaminación industrial y urbana en el país no son insuperables. Debido a que el ambiente sufrió descuido por mucho tiempo, muchas de las opciones de bajo costo para reducir la contaminación todavía no se han puesto en práctica. Sin embargo, a menos que se adopten medidas correctivas es probable que los problemas de la contaminación se hagan mucho peores; al continuar la urbanización y la industrialización, la contaminación creciente de los hogares urbanos como el problema de las aguas servidas, la basura y las emisiones de los vehículos, combinadas con las descargas industriales, aumentará la amenaza a la salud pública, erosionará los atractivos de las ciudades como lugares de inversión y posiblemente afectará el comercio de las exportaciones argentinas.
Como es bien conocido en los últimos 150 años, el planeta ha cambiado la estructura natural de su atmósfera y su hidrosfera más que en todo el tiempo, millones de años, que tiene de existencia. Por esta razón la adecuada protección y conservación del ambiente representa uno de los retos más importantes a los que se enfrenta la humanidad. Es evidente que se necesitan cambios drásticos y normas muy estrictas si se quiere conservar la calidad de vida en el planeta. Como miembros de la sociedad debemos participar en forma activa en la creación de leyes y reglamentos que tengan un impacto benífico para el ambiente, nuestra salud y la economía. Es importante señalar que las soluciones al problema del ambiente están más cerca de lo que uno cree, ya que es posible en nuestra vida cotidiana contribuir con actividades sencillas a mejorar nuestro entorno, como por ejemplo, consumir productos no contaminantes, disminuir el uso del automóvil, separar los desechos reciclables en el hogar, crear espacios verdes, entre otras medias. Es precisamente aquí donde se manifiesta en forma más categórica el hecho de pensar globalmente, pero actuar localmente.
Creo que si se pudiera expresar en una sola frase la reflexión colectiva, esta debería ser: Por los dioses que hemos hecho con el Planeta Tierra...! Solo con una actitud así, colocándonos humildemente ante la culpa y asumiendo la obligación de recomposición podremos asegurar que con cada nuevo día que transcurra el Planeta no sea más sombrío.

*Cristian Frers – Tícnico Superior en Gestión Ambiental y Tícnico Superior en Comunicación Social – E-mail: [email protected]

Fuente: infoban.com.ar