El intendente Gustavo Posse, aliado a Cambiemos, resiste los embates de frentes internos y externos.

Aunque las legislativas pasaron hace pocos meses y para las elecciones en las que se elegirán cargos ejecutivos todavía falta más de un año y medio, el jefe comunal sanisidrense ya tiene clara su intención de seguir al frente de la comuna.

Pero a diferencia de lo que ocurría hasta hace poco tiempo, deberá superar más de un obstáculo. Más allá de las disputas lógicas, políticas y programáticas, con los referentes de la oposición, a Posse se le abrieron diversos frentes internos en Cambiemos: por un lado, en sus propias filas locales y por otro, desde un sector de la cúpula de la alianza gobernante, manejada por el Pro, que no ven con buenos ojos a los intendentes que no son de ese partido y vienen buscando alternativas.

Así fue que, luego de encumbrarlo como su sucesor dos años atrás para las elecciones de 2015 para despuís “bajarlo” para otra reelección, la relación de Posse con su hasta entonces máxima espada política Carlos Castellano, se fue resquebrajando hasta que finalmente se rompió en diciembre último, cuando el intendente en una jugada sorpresiva, intentó desplazarlo de la presidencia del Concejo Deliberante.

La apuesta –arriesgada- no le resultó, y Castellano resistió con apoyos hasta entonces impensados: toda la oposición que ocupa la mitad del Concejo levantó su mano para su continuidad cuando Posse buscó instalar a Andrís Rolón.

Pese a la tensa calma interna actual en el Concejo Deliberante, esa herida no quedó completamente cerrada y Castellano mantiene un pie afuera del bloque oficialista, que según pudo saber InfoBAN, podría ser definitiva en los próximos días. Paso que no haría más que agravar la crisis. Es que de ser quien posibilitó que el oficialismo pudiera aprobar ordenanzas clave con su doble voto presidencial los últimos dos años, pasaría a poder desempatar pero el lado opuesto, en un Concejo hasta hoy partido en dos.

Es por eso que la idea de desplazarlo del cargo en la presidencia del cuerpo persiste en la cabeza del intendente. A diferencia del primer intento, Posse se inclinaría esta vez por Pablo Fontanet, de origen peronista y quien a diferencia de Rolón, tiene una relación más cercana con la oposición.

Y es necesariamente allí en los bloques opositores donde Posse tiene que buscar los votos que le permitan el cambio de mando en el Deliberante. La muñeca política del intendente será clave para interceder en la interna del Partido Justicialista donde Teresa García y Fabián Brest, se dividen los votos y mantienen su propia tensión desde que el segundo desplazó a la ex diputada nacional de la presidencia del partido a nivel local. Así los 3 concejales del espacio asumidos en diciembre responden a la senadora provincial mientras Juan Ottavis se suma al actual titular del PJ sanisidrense.

Otra posibilidad -de menor probabilidad- es que busque apoyo en los representantes del Frente Renovador que aún quedan en el Concejo, Gonzalo Beccar Varela y Juan Medina. Se descarta que intente por el lado de los jóvenes de ConVocación -el bloque opositor más grande- a quienes Posse mira con recelo por su cercanía a la dirigencia Pro, más precisamente a Ramón Lanús. El titular de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), además de hombre cercano al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodriguez Larreta, es vecino del distrito y no esconde su intención de sucederlo.

En principio, Posse sólo necesitaría al menos dos votos para su cometido, aunque habrá que esperar por el accionar de algunos integrantes del propio interbloque Cambiemos. Tal el caso de Rodrigo Seguín, quien se quedó sin referente en el distrito por la partida de Guillermo Montenegro a nuevos rumbos políticos -leáse Mar del Plata-, o Carlos Juncos, presidente de la UCR local y amigo de la infancia de Castellano.

Fuente: infoban.com.ar