El gran busca cargos de Daniel Arroyo nunca ad honorem y siempre bien rentado, especialista en economía social y desarrollo pleno y humano, el mismo que estuvo en Poder Ciudadano en donde el ciudadano lo que menos tuvo a través de él es poder, secretario de Políticas Sociales, viceministro de Desarrollo Social de la nación durante casi 12 años, ministro de Desarrollo Social de la provincia, director del Banco Provincia y ahora ministro de Desarrollo Social de la Nación.

Su Caballo de Troya ha sido "la creación de puestos genuinos de trabajo y la lucha contra el hambre".

A este "busca" puestos serial, sería bueno y adecuado que el canal de TV oficial le brinde un espacio dedicado al arte culinario o cocina , con televisación directa a todo el país y el mundo en donde el y su familia cocinen durante varias horas algunos de sus fideos estiercoleros que el Ministerio a su cargo entregara a anónimos e indefensos pobres, obligandolos a digerir en nombre de "su noble lucha contra el hambre de los pueblos", el cambio social y el progreso en las condiciones de vida.

Para este erudito cabría la frase del Che Guevara: "la revolución, no es una manzana que cae cuando está podrida, la tienes que hacer caer". Salvo en el caso del actual diputado en donde las manzanas podridas fueron siempre para el pueblo y las sabrosas y jugosas solo para él.

Daniel Arroyo, siguiendo al pie de la letra el precepto del poeta José Martí se auto repite: "el primer deber de un hombre es pensar en sí mismo". Y por los resultados de sus dibujadas gestiones a la vista, la gente para Arroyo que sigue tan o más pobre en verdad no cuenta.

(*) El autor es secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López, distrito del que Arroyo es oriundo.