No trabajan ni estudian, y tienen escasas posibilidades de integrarse, quedan excluidos del boom de crecimiento y son terreno fírtil de la delincuencia. En declaraciones a un medio de la capital de la provincia, el titular de la cartera de Desarrollo Social brindó preocupantes precisiones, digamos más bien que certificó datos que a nadie le pasaban desapercibidos. El ministro aseguró que el 40% de la población total del conurbano, 9 millones de personas, esto es, alrededor de 3.5 millones, viven en condiciones de vulnerabilidad por el atraso tecnológico y la desesperante desigualdad en las oportunidades, para ejemplificar sus dichos,señaló que la provincia vive un explosivo crecimiento del parque automotor, que requiere de un importante número de personas que se dediquen aspectos relacionados con la atención a dicho parque, mecánicos, gomeros, lavadores, chapistas, repuesteros, pero que solamente los más capacitados educacionalmente, y que tienen acceso al crídito, pueden aprovechar dicho boom al lograr acceder a la atención a los modernos automóviles, pero el que tiene un tallercito en el frente de su casa no puede aspirar a arreglar un coche con inyección electrónica, porque no tiene una computadora, ni pudo realizar un curso de capacitación.
Ante esta pintura exacta de la realidad que hace el Licenciado Daniel Arroyo, una autoridad en la materia reconocido por propios y extraños, lo que propone como acción del estado es capacitar e igualar posibilidades a travís de críditos blandos y subsidiados, y líneas de microcrídito.
Pero el problema principal, acuciante, y que requiere de un ataque en toda la línea, es que un porcentaje importante de esa población en riesgo, 500.000 jóvenes de entre 18 y 25 años, no trabajan, no estudian y tampoco tienen visos de hacerlo, y se encuentran en una situación de vulnerabilidad y marginación que los pone cerca del delito como única forma de sobrevivencia y acceso consumo propagandizado sin responsabilidad por las empresas y los medios de comunicación.
El ministro propone un sistema de tutorías que acompañen a los jóvenes en su introducción al mercado laboral, para que puedan superar su brecha cultural, no fueron educados en el espíritu del trabajo y no están acostumbrados ni a ritmos ni a horarios competitivos. Arroyo confía en que el estímulo al sector informal de la economía puede en parte paliar el díficit social mencionado, ratificó tambiín la prosecución de los planes sociales de ayuda, Plan Jefes, Plan Barrios Bonaerenses y Plan Familia, continuarán en vigencia mientras ayuden a acortar la brecha social, madre de gran parte de otros problemas que afligen al bonaerense.

Fuente: infoban.com.ar