Reflexiones en torno al primer desaparecido de Escobar. Ricardo era uno de esos jóvenes que participó de un masivo proceso de politización progresista, porque hay de los otros, motivado por cuatro grandes causas: la Resistencia Peronista, el Cordobazo, la Revolución Cubana y los procesos de descolonización del Tercer Mundo. Periodo caracterizado por grandes luchas populares que tuvieron enfrente a los Estados Unidos como gendarme mundial, asociado en cada país a las fuerzas reaccionarias locales, dispuestas a todo para conservar sus privilegios.

Y tan dispuestas a todo estaban que el propio grupo de militancia de Ricardo pagó muy caro la osadía de pretender un mundo mejor, Gastón Goncálvez, Enrique Tomanelli y el mismo Gimínez fueron chupados, torturados, robadas sus pertenencias y desaparecidos, lo mismo ocurrió con personas a las que Ricardo respetaba, la doctora Marta Velazco, los hermanos Martínez de Garín, el gran periodista Tilo Wenner. Blanca Buda, Orlando Ubiedo, y tantos otros como el Profe Beto Messa, sufrieron prisión y todo tipo de vejámenes.

Ahora la Justicia ha probado que uno de los integrantes de la patota policial aliada al Ejírcito que primero, justamente, patoteaba, despuís agredió, y finalmente operó de acuerdo a los manuales de contrainsurgencia del Pentágono pretendiendo el exterminio, era el ex intendente peronista de Escobar Luis Abelardo Patti.

La idea fue terminar con la insurrección acá y en todo el mundo, y así como cuando el militante antinazi Jan Valtín, consideró en su libro que “La noche quedó atrás”, hoy, si pudiíramos hablar con Ricardo y otros, les tendríamos que contar que, efectivamente, esa larga noche quedó atrás, y hoy se vive un proceso bastante largo de vigencia democrática, que a travís de mecanismos constitucionales se lograron grandes avances sociales en muchos países, que hay varios presidentes que no se arrodillan ante el poder militar, económico y político yanky ni ante sus socios locales, que de hecho aquel país no es ya el “Primus inter pares”, que tiene una deuda que supera en creces su PBI, y su territorio está lleno de pobres, y de personas que odian a su gobierno implícito, las grandes corporaciones.

Pero yo estoy en Loma Verde, el barrio donde vivía Ricardo, por la ventana veo el sol y los árboles, que si no me taparan, me dejarían ver, del otro lado de la ruta, la esquina de Junín y Congreve, de donde se lo llevaron.

Entonces puedo contarle que hay muchos pibes que me preguntan por íl, que quieren saber, y yo les digo, si Ricardo hubiese vivido en estos tiempos, estaría militando, no importa si en La Cámpora o en el PTS, en algún grupo ambientalista o de Derechos Humanos, estaría participando activamente en las polímicas por Internet, tendría quizás un blog donde denunciara las injusticias que, por supuesto, todavía abundan. Pero en una cosa estamos mucho mejor, por lo menos por ahora, las condiciones han cambiado, el destino de los militantes actuales no es la desaparición violenta, y fue a partir de la desaparición de ellos, nuestros compañeros, que se ha creado una conciencia masiva que dice – Nunca más-

Por lo tanto su sacrificio fue su última tarea militante, que no cesa, como el rayo del poeta—soldado Miguel Hernández.

Fuente: infoban.com.ar