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El uso de las plataformas de streaming comenzó a normalizarse en 2021 en comparación con el uso durante los meses de confinamiento, pero aún está muy por encima de los niveles pre pandémicos. El Covid-19 ha puesto la transmisión online en el centro de nuestras relaciones sociales y entretenimiento. ¿Se quedará aquí o es solo el comienzo del crecimiento?

El cambio en el consumo de las plataformas comenzó en marzo de 2020 cuando se declaró la pandemia. Cansados ​​y agobiados por la incertidumbre provocada por una pandemia sin precedentes e incapaces de realizar actividades al aire libre, las personas buscaron refugio en la televisión. Incluso algunos estudios sobre el comportamiento de la población durante la pandemia mostraron que había personas que reducían su tiempo de sueño y que solían pasar más horas en plataformas digitales.

Los efectos de la pandemia de covid-19 han condicionado las relaciones familiares, la vida emocional, el trabajo y la forma en que interactuamos con quienes nos rodean, así como la forma en que nos divertimos. Durante los meses de confinamiento, los televidentes primeramente encendieron sus televisores y/o dispositivos móviles para enterarse del desarrollo de la pandemia, pero luego un gran número de estas personas recurrieron a las plataformas virtuales para entretenerse y distraerse.

Durante los meses de reclusión, series y películas, juegos, redes sociales, tutoriales y videollamadas se convirtieron en nuestra mejor compañía. Cifras como el consumo de televisión o el tráfico de Internet dan una idea del tiempo e intensidad con que nos estamos dedicando a estas plataformas tecnológicas durante este tiempo.

Nadie puede adivinar qué pasará en la batalla de las plataformas de transmisión en los próximos años. Obviamente, se avecinan cambios. El campo de juego se ha vuelto demasiado pequeño para acomodar a todos los jugadores, muchos de los cuales ofrecen contenido similar a audiencias similares.

Su supervivencia dependerá de la capacidad de las plataformas para diversificar sus ofertas, pero las alianzas comerciales también serán vitales. Lamentablemente los que se mantengan a la vanguardia deberán salir del mercado.