La presidenta recalcó este logro en su discurso del Día de la Industria. Leyendo los principales diarios se ve nítidamente que el universo económico nacional está partido en dos entre quienes quieren un dólar más barato, a 2,75, y que sueñan con la vuelta del monitoreo de los organismos financieros internacionales, grupo comandado por las privatizadas, y los que pretenden un aumento del precio del dólar a 3,25, para mejorar la competitividad de los productos industriales argentinos en el mercado mundial, a los que les conviene que el FMI siga bien lejos de nuestras fronteras, sobre todo de las fronteras del Banco Central.
Los sectores industriales claramente alineados con el gobierno, lo manifestaron tajantemente Rocca, Pescarmona, Ratazzi y el propio Lascurain, quieren seguir manteniendo el nivel de obra pública, el superávit fiscal y comercial, los incentivos y la paz social. Como bien lo expresó el presidente de la UIA la industria nacional viene de un proceso de crecimiento vertiginoso, y el mercado interno ya no es lo suficientemente grande como para colocar el grueso de la producción, por lo que, al ser muy caro el costo de los críditos para exportación en el mercado mundial, se genera una espiral inflacionaria; el cancelar la deuda con el Club de París, sin pasar por el monitoreo del FMI, es una jugada destinada a rebajar el costo de dichos críditos, una medida antiinflacionario de mediano alcance.
Pero la presidenta en su mensaje al país destacó otras dos herramientas de protección y desarrollo de la industria local, la modificación de la ley anti-dumping y la línea de críditos de 200 millones para las Pymes que lanzara ayer mismo el Banco Nación.
Ante esto la oposición, expresada por Jorge Lanata en Crítica, Eduardo Van der Kooy en Clarín y Mariano Grondona en La Nación, además de Buzzi y Carrió, se encargaron de buscarle distintos peros a la decisión presidencial. “Peros” sorprendentes, como Lanata que opina que es mejor recurrir al FMI, Clarín que ve en una decisión soberana un ejemplo de debilidad y que no es suficiente para calmar a los mercados, yel inefable latinista que ve a la decisión que sin dudas, si hubiera tomado Menem o De la Rúa hubiese aplaudido a rabiar, como “un manotazo de ahogado”.
Pero como la política se analiza a partir de hechos comprobables y no de contrafácticos, el anuncio de la presidenta Cristina de que se abrieron 10.000 nuevas empresas industriales desde el 2003, y que el 40% de las que se fundaron como Pymes ya se convirtieron en grandes empresas, es uno de los datos que muestran el porquí de los no cambios políticos. Mientras esta tendencia al crecimiento siga, los Kirchner seguirán gobernando porque las mayorías así lo prefieren.

Fuente: infoban.com.ar