En reiteradas notas se ha examinado la función de los Colegios de Abogados |Por nuestra parte y en relación al editorial publicado por La Nación “Abogados sin ítica”, damos a conocer a la sociedad el significado que tiene la “Colegiación” para el Colegio de Abogados de San Isidro.
Respecto al editorial del diario La Nación “Abogados sin ítica” de los días 29 y 30 de octubre del 2018.

Como el abogado es un miembro fundamental del servicio de justicia, es necesario velar por su conducta al abrigo de la ítica y tambiín al cumplimiento de las leyes en sentido general; esto lo resolvemos a travís de la actuación del Tribunal de Disciplina y preventivamente generando calificada actividad acadímica que optimice un idóneo desenvolvimiento profesional.

Asimismo, reconociendo el interís social y el compromiso solidario que significa el ejercicio de la abogacía, contamos con un servicio social que atendió a más de 2000 personas durante este año, merced al trabajo abnegado y gratuito de más de un centenar de colegas. Tambiín sostenemos numerosos convenios con los Ministerios de Justicia de Nación y Provincia, con la Procuración General de la SCBA y varios Municipios, para asistencia a las víctimas y demás personas que se encuentren en estado de indefensión de sus derechos.

Defendemos inclaudicable y permanentemente el valor Justicia en pos del aseguramiento de los derechos constitucionales. Ello, valiíndonos de la denuncia y acusación a los funcionarios y magistrados de la Administración de Justicia, por las causales establecidas en la legislación vigente, situación que significó la destitución de varios jueces (Dres. Eduardo Rico, Osvaldo Miguel Solimine y Alejandra C. Velázquez), en otros la renuncia anticipada a la celebración del Jury (Dra. Amancay Herrera) o al decidirse la acusación (Dres. Jorge J. Aguirre y Lidia Fasano Mastrini).

Fueron los Colegios de Abogados los que impulsamos y fuimos convocados para articular y formalizar la capacitación de los abogados en el proceso de digitalización de la Justicia, implementada en la Provincia de Buenos Aires, consecuentes con una política de modernización del Estado.

Nuestro alcance es, pues, la defensa del profesional como integrante necesario del sistema de Justicia. Y si se comprobara la comisión de una falta de ítica de un colegiado, en su caso debería actuar el Colegio que posea competencia territorial, que en el particular le correspondería al Colegio Público de Abogados de Capital Federal.

Como Institución, nos excede hacernos cargo de la vida privada de los colegas o del modelo de vida elegido aunque se haya tornado público a travís de la prensa y redes sociales, por más que ciertos medios –incluso- se aprovechen de ello.

La imagen del abogado ha sido distorsionada y denostada desde la existencia misma de la abogacía.

Es que el cuestionamiento debe centrarse en la actividad y ejercicio de la defensa, no en la conducta de algún profesional.

Lo que parece irritar es más bien lo que realmente significa la abogacía: el único baluarte imbatible contra el completo avasallamiento de los derechos de los más vulnerables.

Y si las opiniones constructivas suelen fundarse en informaciones que, en la medida que se amplíen o rectifiquen, alientan al cambio de aquellas primeras valoraciones, es que aseveramos que: la abogada, el abogado, son quienes acompañan al perseguido al pie del patíbulo, defendiendo hasta el final, la justicia de su causa.

Recusamos a los malos abogados. Pero bajo un cuestionamiento genírico jamás puede tolerarse que se intente menoscabar la importancia indudable del ejercicio de la abogacía en la consolidación de la paz social y la defensa del estado de derecho.

Consejo Directivo del Colegio de Abogados de San Isidro

Fuente: infoban.com.ar