La colombiana Olga Botero y la española Ana Plaza Arregui, directoras integrantes de WomenCorporateDirectors Foundation (WCD), explicaron en el evento realizado por WCD Capítulo Argentina, cómo funcionan los cupos en Europa, América latina y EE.UU. y qué se puede hacer para mejorar la representación de las mujeres en los puestos de conducción de las empresas.

En los últimos años se ha incrementado el debate acerca de la presencia de mujeres en los directorios de las empresas. En el mundo hay experiencias diversas sobre la utilización de distintas herramientas para impulsar una mayor representatividad en la máxima conducción de una organización. Van desde la implementación de cupos obligatorios a distintas medidas administrativas públicas y privadas de incentivos, castigos y premios a las empresas que se comprometen con la diversidad en sus conducciones. En este escenario de mayor atención pública, WomenCorporateDirectors Foundation (WCD), la mayor organización internacional de mujeres líderes y directivas de la que KPMG es main sponsor global, organizó hoy desde su Capitulo Argentina y junto al diario El Cronista Comercial, una videoconferencia para compartir experiencias concretas sobre herramientas que se implementan en el mundo para  incorporar mujeres a los directorios de las empresas, como la obligación de incorporar cupos obligatorios con un número determinado de mujeres. Para analizar estas experiencias, WCD Capítulo Argentina convocó a la colombiana Olga Botero, directora independiente de distintos boards y Miembro de WCD Capítulo Colombia, y a la española Ana Plaza Arregui, quien es consejera independiente de diversos boards y Miembro de WCD Capítulo España. La conversación fue moderada por Patricia Pomies, COO de Globant y miembro de WCD Capítulo Argentina.

En la presentación del webcast, Tamara Vinitzky, Socia de KPMG y Co-chair de WCD Capítulo Argentina, hizo referencia a la importancia creciente de WCD en el mundo señalando que la organización tiene 76 capitulos en los cinco continentes, y que es una organización dirigida exclusivamente a CEOs, presidentas, directivas y dueñas de compañías. Agregó que se la reonoce globalmente como la elite de mujeres ejecutivas y que su foco está puesto en los negocios y en el buen gobierno corporativo. “En estos cuatro años que llevamos en la Argentina se logró reunir a las mujeres más destacadas del mundo de los negocios”, indico. Luego agregó que “hoy la discusión parece ser cupo sí o cupo no. Por eso desde WCD Argentina convocamos a referentes de nuestra red global para compartir datos y las experiencias que hay en el mundo”. A continuación, Gabriela Terminielli, Directora de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) y Co-chair de WCD Capitulo Argentina, señaló que “WCD ofrece oportunidades para participar en búsquedas de directorios en cualquier capítulo del mundo. Además, permite integrar una base confiable a la que los head-hunters recurren a la hora de buscar directoras. En WCD es muy importante dar visibilidad a nuestros miembros, por eso promovemos la participación de nuestra red en paneles, artículos y demás acciones en medios de comunicación”.

Las experiencias en Europa y América

La colombiana Olga Botero tiene una importante experiencia ejecutiva. Integra varios directorios como el de la empresa Evertec, compañía procesadora de pagos con operaciones en 26 países. También forma parte de los directorios de Esval y Essbio, dos de las principales empresas chilenas de servicios sanitarios que realizan la distribución de agua potable y tratamiento de aguas servidas; y es miembro de los Comités de Tecnología de los Directorios de Banco Pichincha en Ecuador y de Interbank en Perú. Posee 30 años de experiencia en Tecnología y Ciberseguridad; es Socia fundadora de C&S, boutique de consultoría; y Senior Advisor del Boston Consulting Group.

Por su parte, la española Ana Plaza Arregui es una economista que ha desarrollado su carrera como CFO y Directora General durante más de 25 años en empresas cotizantes en el mercado bursátil y en multinacionales del sector tecnológico y de ingeniería. Asimismo, es Consejera y Presidenta del Comité de Auditoría en Corporación Financiera Alba y en Renault España; Consejera en Universidad Loyola y en Asociación Española contra el Cáncer; y es la CEO de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales

Olga Botero describió la situación de América Latina: “El tema de los cupos es muy discutido en todas partes. En América Latina, si hablamos de cifras, los estudios dicen que la región no ha avanzado: Panamá tiene cupo desde hace unos meses; Colombia hace varios años, pero solo para posiciones de compañías del Estado; Perú tiene cupos desde 2019 para entidades bancarias; y hay otros países que han legislado como Chile, México y ahora Argentina. Tal vez Colombia sea el país más avanzado, donde se calcula que entre el 13% y el 14% de mujeres ocupan lugares en directorios. Pero hay cuotas muy bajas, como el caso de Brasil que no llega al 6%, o Chile con algo más del 7%. En Estado Unidos, la situación depende de lo que decida hacer cada estado federal. California tiene cupos desde el año pasado y, en este sentido, exigía que todos los directorios debían incluir para diciembre de 2019 una mujer; y para el 2021 esta exigencia empieza a subir dependiendo del tamaño del directorio, llegando a decir que un directorio de más de 6 personas debe tener por lo menos 3 mujeres. Maryland e Illinois están en esa línea, pero en muchos casos la discusión sobre el cupo no ha llegado a concretarse. Es una discusión amplia”.

Según el testimonio de Plaza Arregui, en Europa el tema es muy distinto. “La situación es muy variable en función del país. Por ejemplo, Noruega fue en 2005 un país pionero en cupos, alcanzando el 40% de mujeres en directorios en 2008. En 2012, la Comisión Europea hizo un intento de legislar apuntando a llegar al 40% en 2020. Sin embargo, esa iniciativa no llegó a ser aprobada precisamente porque no había una unidad de opinión entre los distintos países. ¿Qué pasó entonces? Cada uno decidió por cuenta propia qué haría. Los que estaban a favor de los cupos impusieron su propia legislación, como fue el caso de Francia, que alcanzó el objetivo del 40%. En Italia, Alemania y Bélgica tienen cupos obligatorios. En España no hay legislación que imponga cupo, pero sí una recomendación muy fuerte que viene de la CNUV -el ente regulador de las empresas que cotizan en bolsa- y en 2015 lanzó su código de buen gobierno que, entre otras prácticas, contempla el equilibrio entre hombres y mujeres y establece un objetivo de llegar al 30% en este 2020. En 2015 en España estábamos en el 17%, al año siguiente se llegó al 19,9%; en 2017 al 20,3%; en 2018 al 23,5%; y en 2019 al 27,5%. Es decir, en cuatro años se han subido 10 puntos, pero no se ha cumplido con el objetivo del 30% previsto para este año. Por eso este año se ha hecho una reforma al código y se subió el objetivo al 40% pero para el 2022, que era el objetivo inicial de la Unión Europea. Y en la reforma se impuso que si la empresa no cumple tiene que explicarlo en el informe anual corporativo”. En contraposición a esta descripción de la situación en Europa, Botero señaló que en América latina “hemos pasado del 7,2% al 7,9% desde 2016. Estamos todavía muy bajos y lamentablemente vemos países que podrían tener un talento diverso espectacular en sus directorios y todavía no alcanzamos las cifras deseadas”.

Qué hacer

Ante la pregunta de cómo aumentar la participación de mujeres en las conducciones empresarias, Botero afirmó que “hay que comenzar por iniciativas de buen gobierno y veo que muchos países y empresa que cotizan en bolsa las están retomando. En Colombia, la vicepresidenta es una mujer y tiene una iniciativa que busca impulsar la participación de mujeres en los directorios haciendo recomendaciones muy específicas sin que sea una exigencia.  Y ha creado un programa de mujeres en directorios para que se conozcan sus talentos. El talento está, hace falta hacerlo visible”. En tanto, Plaza Arregui añadió: “coincido con el tema de la visibilidad del talento. Es un tema en el que hay que trabajar y organizaciones como WCD son de muchísima ayuda. Una iniciativa en España es el reconomciento a las empresas que sí cumplen. El gobierno de España hace unos años puso en marcha un distintivo de igualdad, no solo por el número de integrantes mujeres que pueda tener un directorio, sino porque incorpore una serie de valores. Otro tema que se ha impuesto en España es que las empresas estatizadas de más de 250 empleados hagan públicas sus políticas de igualdad. Finalmente, todo lo que se hace en el directorio de una empresa tiene repercusiones en toda la organización”. En este tema, Botero agregó que “en estados Unidos cada día es más estricto el hacer públicas las políticas de igualdad, de sostenibilidad y de buen gobierno; sobre todo para las compañías que cotizan en el mercado bursátil. Sé de directorios, como Goldman Sachs, que difundió una comunicación en la que afirmó que no apoyará las IPOs (Oferta Pública Inicial de acciones) de empresas que no tengan un directorio diverso. Y conozco directorios de una sola mujer que ya recibieron cartas de inversionistas en las que les dicen que el próximo año no votarán su renovación si al menos no hay dos mujeres, como mínimo, en el directorio. Estas acciones ayudan mucho”.

Patricia Pomies planteó a ambas ejecutivas cómo veían en los directorios de las empresas el tema de la diversidad como un concepto más amplio y abarcativo que el de género. “Un buen gobierno corporativo debe analizar qué capacidades necesitan sus directorios. Yo integro los directorios de las empresas chilenas de aguas Essbio y Esval con integrantes de múltiples países. El mayor accionista es un fondo canadiense que tiene la idea de una composición muy organizada y de talentos variados en la composición de los directorios. Y buscó a alguien que tuviera un fuerte background en temas de tecnología, y fue así cuando llegué yo al directorio. Los directorios planean una diversidad de talento distinta, con experiencia y conocimientos variados, para que un equipo tenga la fuerza que le permita lograr sus objetivos. Ya no es necesario que todos los integrantes de un directorio tengan que ser abogados o especialistas en finanzas”, explicó Botero.

Para Plaza Arregui “es importante que se maneje bien la matriz de competencias de un directorio: saber y tener todas las competencias que se necesitan, conocer los directores que tienen, y cruzar sus competencias y valores para que a la hora de seleccionar un nuevo directorio estos sean los temas que hay que tener en cuenta. Con la crisis del COVID-19 nos hemos dado cuenta qué hace falta en las conducciones de las empresas: como la importancia que ha tomado lo digital para el futuro, los riesgos, las cadenas de abastecimiento y el manejo de crisis; temas que antes no estaban tan presentes y que ahora hacen a la diversidad del talento y de las generaciones para la conducción de una empresa. Hoy la diversidad es con mayúscula en todos los aspectos”, opinó Ana.

Al cerrar el encuentro, Patricia Pomies destacó el aporte que hace WCD para mejorar el posicionamiento de las mujeres en los puestos de decisión de las empresas. “Compartir estos espacios de intercambio es un aprendizaje y una inspiración, al mismo tiempo que nos permiten desafiar nuestros propios límites. También es un acompañamiento para llevar adelante la responsabilidad de hacer visibles el talento de muchas mujeres”, concluyó.