Los denominados "curas villeros" advirtieron que la violencia institucional "genera más inseguridad" en los barrios más humildes, ante lo cual señalaron que se necesita presencia de las fuerzas, "pero sin excesos".

"Son muchas las barriadas del Conurbano en las que sumamos nuestra voz a la de los vecinos para reclamar el mismo nivel de seguridad que tienen los otros barrios más acomodados. Sin embargo, aunque en algunas villas hemos celebrado la presencia, hoy vemos que en muchos casos es insuficiente y en otros ineficaz y desordenada", manifestaron.

A travís de un documento, los sacerdotes de villas de emergencia de la Ciudad y el Gran Buenos Aires plantearon que "el concepto amplio de seguridad no sólo tiene que ver con los daños físicos o el atentado contra las pertenencias propias y la propiedad privada" y afirmaron que "es inseguridad no tener vacante en las escuelas, no poder acceder a una atención de salud adecuada, no tener oportunidades laborales".

"Detrás de cada chico o joven en la calle suele haber una madre o un padre desocupado. Corresponde al Estado garantizar la seguridad en todos los aspectos", agregaron.

En lo que se refiere a la presencia de uniformados en esos puntos del Área Metropolitana, los miembros de la Iglesia subrayaron que "la violencia institucional genera más inseguridad en los barrios. Se necesita presencia de las fuerzas, pero sin excesos".

"En estos tiempos, en nuestros barrios vemos casos concretos de violencia institucional, algunos debidamente denunciados, y otros que tristemente no trascienden. No ayuda cierta opinión pública que mide con la misma vara lo que hace un chico o joven castigado por la exclusión y el procedimiento de un trabajador de las fuerzas de seguridad, que representa al Estado", señalaron.

Al respecto, los curas villeros remarcaron que "debe mejorar considerablemente esta presencia del Estado", ante lo cual aseguraron que "se deben corregir los errores, no con parches pasajeros sino con profundidad".

"Debe haber un cambio en las actitudes y acciones agresivas, sean físicas o verbales. Pensamos que estos excesos responden a fallas en su formación pero tambiín a cierto aire de `habilitación e impunidad´ que los lleva a obrar de esa manera.

En muchos casos se criminaliza a los jóvenes y más cuando son pobres", reclamaron.

Y añadieron: "En el supuesto caso de que algún joven tenga conductas atrevidas, el Estado no puede ponerse al mismo nivel.

Debe actuar respetando siempre la sagrada dignidad de toda persona".

Ante este panorama, enviaron un mensaje "a las autoridades correspondientes y a la comunidad en general para que cada uno ponga lo mejor de sí mismo para que se respete la dignidad de todos los vecinos y para que se enmienden profundamente las deficiencias de la presencia del Estado y de la mirada de la sociedad con respecto a los barrios carenciados".

"Intentando ampliar la mirada, afirmamos que la inequidad genera una violencia en la que no habría recursos policiales, militares o de inteligencia capaces de detener. El camino de salida es el amor fraterno que se rebela frente a la injusticia social y nos invita a todos –especialmente a los que más oportunidades hemos tenido en la vida- a trabajar para que los más pobres, especialmente tantos niños y adolescentes, vivan con dignidad", concluyeron.

Fuente: infoban.com.ar