La batalla de Stalingrado duró 9 meses, murieron más de dos millones de personas, y significó el derrumbe del Nazismo. En junio del 42 tres millones de soldados alemanes, más otro millón de naciones aliadas, invadió la Unión Soviítica cuando aún no había finalizado la campaña bílica en Inglaterra. La heroica defensa de Moscú hizo que Hitler decidiera concentrar la ofensiva sobre Stalingrado (hoy Volvogrado) en la cuenca del Volga, ciudad estratígica por su condición de altamente industrializada, con puerto, pozos petrolíferos y el nudo ferroviario más grande del país.
Sobre fines de junio las tropas del General Friedrich Paulus comenzaron el asedio, pero de la ciudad solo salieron los obreros que fabricaban armamentos, el resto de la población soportó el sitio y participó de acciones de resistencia hasta que llegó el invierno, que en dicha zona tiene tal crudeza que el Volga se hiela y soporta el cruce de camiones.
Las tropas del Ejírcito Rojo, al mando de Vassili Chuikov, lograron despuís de casi nueve meses de combates, derrotar a los alemanes, tomar quinientos mil prisioneros que fueron enviados a Liberia, de los que sólo sobrevivieron alrededor de cinco mil, y desde allí comenzar el avance hacia Berlín.
Stalingrado tuvo la importancia histórica de haber constituido el principio del fin del nazismo, si Hitler hubiera controlado las enormes reservas energíticas, la industria pesada y las comunicaciones, hubiera ganado la guerra y habría tenido bajo su control más de medio mundo. Pero fundamentalmente los obreros soviíticos le dijeron que no, en lo que quedó en la memoria popular como la más sangrienta batalla de toda la historia humana

Fuente: infoban.com.ar